Genio precoz, a los 3 años ya dominaba el violín y el piano. A los 5, compuso su primera obra -un minueto-; antes de cumplir los 10 sedujo a las cortes de toda Europa y, al morir -cuando sólo tenía 35 años-, dejó más de 626 obras maestras de la música. Aun después de muerto, su tormentoso paso por el mundo sigue provocando controversia. Su misteriosa relación con la masonería, su vida casi convertida en leyenda y su extraña muerte asombran a grandes y chicos por igual. Por esa razón, millones de personas en distintos países homenajearán hoy al que fue llamado “la voz de Dios” con muestras, conciertos y exhibiciones. Y Tucumán también se suma a la fiesta. De hecho, el secretario de Cultura, Mauricio Guzman, confirmó que este año se realizarán varias obras en su honor y recordó el éxito que tuvo la puesta “Amadeus” en 1994. Músicos y directores locales también recordaron con fervor al compositor del famoso “Réquiem”, una obra que dejó inconclusa y que aún estremece a los tucumanos.