El misterio sigue rondando la muerte de Amadeus

Las causas del deceso no están claras aún. ¿Murió envenenado o sufrió un ataque de reuma? El dilema del cráneo.

SIN RESOLUCION. El cráneo de Mozart y su tumba siguen en la sombra. LA GACETA SIN RESOLUCION. El cráneo de Mozart y su tumba siguen en la sombra. LA GACETA
27 Enero 2006
Muchas han sido las hipótesis elaboradas en torno de la muerte de Mozart. Según la leyenda, una noche de julio de 1791 llegó hasta la casa de Mozart un enmascarado que le encargó un réquiem y le pagó por adelantado. Mozart, ya enfermo, murió sin terminarlo. Muchos vieron en el visitante la encarnación de la propia muerte y su mensaje fatal. Sin embargo, el enmascarado en cuestión -hoy se sabe- era  el administrador del conde Franz Walseg-Stuppach y el réquiem -se cree- estaba destinado a la memoria de uno de sus hijos.
Por el contrario, siguen siendo un enigma las causas de la muerte de Mozart, al parecer debida a una insuficiencia renal aguda. Claro que el mismo compositor alentó el misterio. De hecho, en una carta a un amigo denunció que alguien quería envenenarlo.
Hoy se sabe que Mozart era un reconocido miembro de la masonería, adonde pudo crearse algunos enemigos internos, aparte de los enemigos de la masonería en general. Además, semanas antes de su muerte el compositor comenzó a sentirse muy mal, y él mismo reveló a su esposa Constanza su temor a estar siendo envenenado.
Tras el funeral en la catedral, en el que el compositor Antonio Salieri dirigió la ejecución de la música fúnebre, fueron pocos los que acudieron al entierro, y faltó hasta su esposa Constanza. El entierro, en medio de una gran lluvia, según parece fue pobre y sin acompañantes. El cadáver fue depositado en una fosa común, de modo que luego nadie pudo averiguar en dónde se hallaba. Todo ello era insólito, ya que se trataba del compositor más afamado de la época. Treinta años después, Salieri, a quien le faltaba poco para morir y mucho de su sano juicio, declaró que él había sido el causante de la muerte de Mozart. Con este panorama, el misterio no hizo más que crecer. Recientemente, se pudo conocer que Mozart padeció de reumatismo prácticamente toda su vida. Los dolores y las quejas del compositor antes de morir indican un ataque agudo de reumatismo, que pudo derivar asimismo en ciertas deformaciones físicas provocadas por hinchazones y erupciones en la piel. El aspecto tan desfigurado del cadáver provocó que fuera enterrado rápidamente, y en una fosa común, según costumbre de la época. Si se añade que no se le puso cruz alguna por ser masón, se entiende por qué luego fue difícil dar con el sitio exacto de su tumba.

Estudio de ADN
Los análisis de ADN para certificar la autenticidad del supuesto cráneo de Mozart conservado en su ciudad natal de Salzburgo, desde hace más de un siglo, dejaron en penumbras el misterio, al no arrojar los resultados previstos. Encargada por la televisión pública ORF, la investigación se encaminó a cotejar las muestras con otras extraídas de esqueletos que se suponía eran los de la abuela Euphosina y la sobrina del compositor, Jeannete. Tras la pesquisa, se determinó que los restos no tenían nada en común ni indicaban parentesco alguno con el compositor.