
¿Qué es mejor para la salud, el ejercicio o el descanso? Fuente: iStock

Al iniciar en el mundo del “fitness” o incluso ya acostumbrados a la rutina saludable, surge una pregunta matutina bastante popular: ¿ponemos la alarma una hora antes para salir a correr o nos regalamos esos sesenta minutos extra de sueño? Un ambicioso estudio realizado en Australia por la Universidad Flinders de Adelaida parece tener la respuesta definitiva para quienes buscan maximizar su salud y vitalidad. Tras analizar a más de 70.000 adultos, la ciencia determinó que, si de energía se trata, el descanso es el verdadero motor.
La investigación,utilizó tecnología de punta, como sensores bajo el colchón y relojes inteligentes, para monitorear el comportamiento de los participantes. El hallazgo principal fue contundente: priorizar un buen descanso nocturno es el factor que más contribuye a elevar los niveles de vitalidad diarios, superando incluso al impacto del ejercicio físico.
El impacto del sueño en el movimiento
Los datos revelaron una conexión directa entre lo que pasa de noche y lo que hacemos de día. Según los expertos, quienes logran dormir entre siete y nueve horas no solo se sienten mejor, sino que tienden a caminar mucho más al día siguiente. En cambio, quienes duermen menos de seis horas suelen mostrar una disminución notable en su actividad física, posiblemente debido a la falta de motivación y el cansancio acumulado.
"Dormir lo suficiente o hacer ejercicio: una pregunta que divide opiniones sobre la salud cotidiana", plantean los investigadores, subrayando que solo el 12,9% de las personas logra cumplir ambos objetivos simultáneamente: descansar bien y superar los 8.000 pasos diarios. Esta dificultad real de la vida moderna es lo que hace tan valioso saber qué priorizar cuando el tiempo no alcanza para todo.
Por qué el ejercicio no garantiza el sueño
Uno de los mitos que este estudio pone en jaque es que el agotamiento físico asegura una noche de sueño profundo. Los resultados mostraron que la actividad física solo tiene un efecto marginal sobre la calidad del sueño. Es decir, por más que caminemos miles de pasos, si no cuidamos nuestra higiene del sueño, el descanso no llegará por arte de magia. Incluso las personas muy activas pueden sufrir de insomnio o despertares frecuentes.
"El estudio destaca que no basta con cumplir metas físicas para asegurar un descanso óptimo cada noche", explican los especialistas del equipo liderado por la Universidad Flinders. Esto explica por qué muchos deportistas o personas con trabajos físicamente demandantes a veces reportan sentir somnolencia diurna o falta de vigor a pesar de su movimiento constante.
Consejos para cuidar el descanso
Para aquellos que decidan poner el sueño en primer lugar, los expertos recomiendan pequeños ajustes en el entorno. Mantener la habitación fresca, oscura y en silencio es fundamental para evitar interrupciones. Además, el uso de pantallas antes de acostarse sigue siendo uno de los principales enemigos del sueño reparador debido a la luz azul que emiten.
Finalmente, la recomendación de los científicos es clara: es más efectivo enfocarse en dormir bien para tener ganas de movernos, que intentar movernos para ver si así logramos dormir. Al diseñar nuestras rutinas, adaptar las metas de salud para que sean sostenibles es el primer paso hacia un bienestar real y duradero.








