El creciente uso de la tecnología en el agro
La tecnología de precisión vino sorprendiendo con el lanzamiento constante de nuevos equipos, sistemas y programas, que se transformaron en auxiliares claves de la agricultura moderna. Hoy empieza a prevalecer una etapa que pone la mira en la organización de todos esos desarrollos. Las políticas deben apuntar a hacer más accesibles estas herramientas indispensables para el hombre de campo.
El comportamiento climático errático que se viene dando en diferentes zonas productivas del país pone los pelos de punta a los productores. Las lluvias no aparecen en tiempo y forma; y esta situación complica cualquier actividad o labor que se quiera realizar en los campos.
Lo que sucede con el clima no es nuevo para una región como el NOA. Experiencias como esta sobran. Basta recordar que en los últimos años los campos tucumanos y de la región vinieron sufriendo calamidades climáticas; lo que se sumó a los inconvenientes que padecen las diferentes producciones agropecuarias, debido a los bajos precios de los productos y a los problemas comerciales. Y aunque pareciera que estos últimos aspectos se irían acomodando, igualmente se depende muchísimo del comportamiento de los aspectos climáticos. A pesar de esto, los productores, año tras año y campaña tras campaña, continúan desafiando estos inconvenientes.
Esto sucede debido a la naturaleza propia del productor, que pese a los problemas que sufre sigue sembrando, porque es lo que sabe hacer y porque dispone de herramientas que sirven, en muchos casos, para mejorar su eficiencia productiva.
La tecnología de precisión ha venido sorprendiendo con el lanzamiento constante de nuevos equipos, sistemas y programas, que se transformaron en auxiliares indispensables de la agricultura moderna. Ahora comienza a prevalecer una etapa que pone la mira en la organización de todos esos desarrollos, donde la tendencia es mejorar la logística en la utilización de estas herramientas, apuntando a una mayor eficiencia y a la coordinación entre las máquinas agrícolas.
Los productores tucumanos de granos saben mucho de esto, al igual que sus pares cañeros o citrícolas, y que otros tipos de productores.
Los de granos fueron los que mayormente adaptaron y conocieron rápidamente la tecnología, que vino de la mano de la Siembra Directa. Organismos de investigación agropecuaria, como la Estación Experimental Obispo Colombres y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), fueron pilares que ayudaron a este gran afianzamiento. Luego, con el uso de la biotecnología, aparecieron los Organismos Genéticamente Modificados (OGM), que nuevamente lanzaron los rendimientos para arriba.
Estos OGM también fueron el punto de apoyo para la citricultura y para la producción de azúcar.
La citricultura tucumana sigue esos pasos de usar la mejor tecnología disponible en quintas, empaques e industrias, logrando hacer de Tucumán la primera producción mundial de limón de alta calidad y productos industrializados, muy requeridos por las empresas alimenticias y medicinales del mundo, que usan estos productos en la fabricación de reconocidas marcas comerciales.
La actividad azucarera viene recorriendo los mismos caminos, tanto en fábricas como en cañaverales, buscando hacer eficiente y más limpias las producciones fabriles y buscando mejores rendimientos en los cañaverales -con la incorporación de nuevas variedades, vitro plántulas obtenidas con biotecnología, sistemas de riego- y eficientizando la cosecha mecanizada. Todas, en forma conjunta, lograron resultados asombrosos de rendimientos de cañaverales.
Párrafo aparte -y, a la vez, muy importante- merece el hecho de que los sectores agroproductivos de nuestra región conocen la importancia de tener a disposición lo mejor en sanidad, en calidad y en tecnología en lo referente a semilla. Y saben perfectamente bien que para disponer de la mejor simiente es necesario reconocer el trabajo y sacrificio de los obtentores.
Agricultura de precisión
Indudablemente, toda esta incorporación de nueva tecnología vino acompañada con el uso de la agricultura de precisión y con sistemas satelitales que aportan, in situ, la información necesaria para que las labores como siembras, cosechas, aplicaciones de fitosanitarios terrestres y aéreas y otros trabajos sean realizados correctamente con las dosis recomendadas y bien dirigidas.
Esto inició un proceso muy grande de reconversión tecnológica en el sector, tanto en el área de los productores como de los servicios asociados al sector agropecuario. Se comenzó a notar una gran demanda de alimentos, empezaron a aparecer las inversiones extranjeras. Empezó a verse un crecimiento fuerte en infraestructura en comunicaciones y particularmente internet.
Esto hizo que aparezca la necesidad de interactuar con tecnologías que estaban asociadas a las maquinarias. Hoy se ve en muchos campos la utilización de dispositivos móviles de carga y de acceso a la información, que ayudan a administrar mejor los datos y a hacer llegar esta información lo más rápido y acertado posible a las oficinas del campo.
Lo cierto es que la tecnología dirigida a la producción agropecuaria sigue avanzando en el mundo y los productores locales deben tratar de estar siempre actualizados -siempre y cuando la rentabilidad lo permita- y que el país, políticamente hablando, permita que estas herramientas puedan ser usadas sin inconvenientes, buscando la manera de hacer más accesibles estas herramientas indispensables para el hombre de campo.









