EN CAMPO. El personal se capacitó tanto en aulas como en el ambiente donde pueden darse los focos ígneos.
Entre el miércoles y el viernes de la semana pasada, la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) llevó a cabo el seminario “Manejo Integral de Incendios Forestales”, en la residencia universitaria de Horco Molle. La capacitación perseguía el objetivo de ampliar la mirada sobre una problemática que se agrava año tras año en el NOA. Durante las tres jornadas, 13 especialistas expusieron resultados de investigaciones recientes, experiencias de campo y herramientas prácticas para enfrentar el fuego desde una perspectiva integral.
“En el NOA y en gran parte del país, los incendios forestales se abordan casi exclusivamente desde la emergencia. Solo pensamos en apagarlos”, subrayó Manuel Pachado, guardaparques y brigadista forestal de la UNT. El seminario, contó, surgió de una necesidad urgente: “Nunca discutimos seriamente el antes y el después del incendio; y en muchos casos el combate se hace de forma superficial ,y con muy poca práctica”.
La propuesta académica reunió expertos de la UNT y de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE). Sus investigadores llevan años midiendo, comparando y sistematizando datos que ahora buscaron acercar a los equipos que trabajan en terreno. “Los docentes tienen mucho conocimiento científico y experiencia. La idea era bajarlo a tierra, que la gente entienda de qué se trata realmente un incendio forestal”, resumió Pachado.
Los datos del NOA
Una de las primeras exposiciones presentó un panorama histórico y estadístico de los incendios en la región: cuántos hubo, qué superficies afectaron y en qué estado se encuentran los informes técnicos de cada evento. “Hay una gran falencia en la región respecto de estos informes, que son esenciales para prever lo que puede pasar la temporada siguiente”, señaló Pachado.
El seminario incluyó un bloque dedicado al marco jurídico, en el cual se explicaron las obligaciones ciudadanas frente a un foco de incendio: cómo denunciar, a quién notificar y qué tipo de apoyo puede brindar la comunidad sin ponerse en riesgo. “Cuestiones básicas, pero que muy poca gente las conoce”, enfatizó.
Un capítulo especial estuvo dedicado a la difusión como herramienta de prevención. Los especialistas en educación ambiental Julio Martensen y Dolores Albornoz mostraron resultados concretos del trabajo ambiental que desarrollan en escuelas y en actividades comunitarias. El caso del Parque Sierra de San Javier, donde este año no se registraron incendios forestales dentro del área protegida, fue presentado como ejemplo de articulación entre educación, alerta temprana y manejo responsable del territorio.
Varias ponencias abordaron la dimensión técnica del fuego: el poder calorífico de las especies nativas, los mapas de vegetación y la importancia de diferenciar el comportamiento del fuego según el ambiente. “No es lo mismo un incendio en el bosque chaqueño que en las Yungas o en el sur del país. Cada especie arde distinto y exige estrategias distintas”, explicó Pachado. Y contó que el investigador Amadeo Sánchez abordó esa temática.
También se presentó un módulo dedicado a la radiocomunicación, a cargo de Darío Suklje, con herramientas para integrar handies, teléfonos y antenas en situaciones de combate.
El licenciado en educación física Fabio Rivero expuso sobre el estado físico que exige el combate contra el fuego y sobre cómo entrenar el cuerpo como herramienta de trabajo. Juan Bagur abordó el liderazgo en contextos críticos, donde las decisiones deben tomarse con rapidez y coordinación.
Fauna, inflamabilidad y GPS
La bióloga Elena Correa brindó pautas sobre cómo actuar ante eventuales casos de animales afectados por incendios, una situación alrededor de la cual abundan los mitos y las prácticas peligrosas; en particular, a partir de videos falsos que circulan por redes sociales. Patricia Hernández (UNSE) presentó investigaciones sobre la inflamabilidad de especies del monte chaqueño serrano.
También disertó el especialista en montañismo Hernán Parajón, que explicó a brigadistas y a los equipos de apoyo cómo se deben usar el GPS, los celulares, los relojes y los mapas en zonas afectadas. “Tenemos los dispositivos, pero muchas veces no sabemos usarlos y pueden salvar vidas”, destacó Pachado.










