Los mejores del mejor oficio del mundo

Los mejores del mejor oficio del mundo
Daniel Dessein
Por Daniel Dessein Hace 14 Hs

La frase surgió de la boca de Gabriel García Márquez en una asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa, en octubre de 1996, en Los Ángeles. “El periodismo, el mejor oficio del mundo”. José Claudio Escribano, entonces subdirector de La Nación y actual presidente de la Comisión de Premios de Adepa, se acercó al Nobel colombiano para felicitarlo por sus palabras y preguntarle si podía pasarle el discurso para publicarlo en su diario. Así fue como los lectores conocieron esa definición que, desde hace tres décadas, es repetida por colegas de todo el continente.

Escribano recordó esta historia durante la última entrega de los premios Adepa, los reconocimientos más destacados de la prensa argentina. El espíritu de la frase de Gabo -pronunciada originalmente cuando Mark Zuckerberg terminaba la primaria- circuló en la mañana del martes, en la que un grupo de periodistas se congregó para recibir sus distinciones y renovar los votos con su oficio. Una tarea que hoy enfrenta múltiples ataques y amenazas. Desde asesinatos de periodistas -en países como México, Guatemala o Ecuador- a encarcelamientos o persecuciones que llevan al exilio -en Nicaragua, Venezuela o Cuba-. En todo el mundo enfrenta fuertes olas de impugnación. Para muchos líderes, para cierta gente, se trata del peor oficio del mundo.

Como en toda profesión, la periodística tiene exponentes vergonzosos, inescrupulosos o negligentes que afectan la credibilidad de quienes se dedican a informar. Son las sociedades las que deben distinguir quiénes trabajan con rigor, talento y dedicación, aportando un suministro valioso para sus vidas personales y para la salud institucional de sus comunidades. Y los propios periodistas deben revisar sus prácticas y estándares, reconociendo sus mejores muestras.

Esto último es lo que pasó esta semana en la ceremonia en la que algunos de los profesionales de más extensa y reconocida trayectoria en los medios argentinos, junto con jóvenes promesas, fueron distinguidos por Adepa.

Diego Cabot, el periodista que reconstruyó la mayor trama de corrupción de nuestra historia, se puso los zapatos de cronista para llevarnos a una autopista transformada en un monumento dedicado a la ineficiencia y la desidia. La cronista de guerra Elisabetta Piqué fue premiada por una crónica enviada desde Idlib, un enclave sirio gobernado por un grupo islamista. Hinde Pomeraniec, miembro de la Academia Nacional de Periodismo, se metió con la violación de derechos humanos en Rusia. Y Gail Scriven, prosecretaria general de redacción de La Nación, con los atropellos de Donald Trump a la libertad de expresión.

Soda Stereo

El equipo de Ruido, un nuevo medio, mostró cómo el 90% de las legislaturas provinciales oculta sus gastos sobre contratos de personal y manejo de fondos. Alejandro Horvat, de La Nación, contabilizó 16 toneladas de alimentos que se tiran a la basura anualmente en la Argentina. Su compañera de redacción Valeria Agis narró la historia jamás contada del hombre clave en la grabación del álbum debut de Soda Stereo quien, decepcionado, abandonó el mundo de la música. Y Lorena Oliva, el drama de una adolescente cuya imagen fue compartida por redes combinada con un cuerpo desnudo generado por IA. La complementó Enrique Fraga, de Convercom, indagando a fondo las posibilidades y los desafíos de regular la IA.

Pablo Javier Blanco describió en Clarín el viaje que hicieron padres y madres a despedir a sus hijos enterrados en el cementerio de Darwin, después de tomar el primer vuelo que unió Río Gallegos con Malvinas, después de la pandemia. Vanesa Valenti acompañó a la medallista olímpica Eugenia Bosco en el proceso que la llevó a denunciar por abuso a su entrenador y, con ello, a contener y proteger a otras víctimas efectivas y potenciales. Florencia Ballarino, de Chequeado, advirtió los riesgos en la salud pública que genera la caída en las tasas de vacunación. Mariel Fitzpatrick y Sandra Crucianelli, de Infobae, expusieron a fondo los detalles del caso $Libra.

La Voz del Interior, de Córdoba, y LA GACETA fueron los medios regionales con más periodistas reconocidos. “Los chicos están pidiendo a gritos ser escuchados: por qué el bienestar digital debería ser parte de la currícula escolar” es el trabajo urgente, necesario, que Álvaro Medina y Matías Auad presentaron en Panorama Tucumano. Benjamín Papaterra rescató la emotiva historia del Real Madrid santiagueño, un equipo del regional Federal Amateur.

El conjunto de trabajos premiados es una valiosa muestra del esfuerzo, el compromiso, la calidad y el rigor que decenas de redacciones generan cada día, intentando sintonizar con los intereses y preocupaciones de las audiencias, oxigenando la convivencia y consolidando los pilares institucionales de la sociedad. La salud, el deporte, la cultura, la economía, la justicia, la política son cubiertas a través de grandes historias que nos muestran el bosque que a veces tapa un árbol y de historias mínimas que nos emocionan y nos conectan con el otro. Son los insumos de la gran conversación pública que debemos sostener y dinamizar. Ese periodismo que nos interpela, nos conmueve, nos sorprende, nos humaniza y nos hace reflexionar es el que debe ser resaltado en la figura de esos entusiastas que ejercen su oficio intentando ser mejores.

“Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso -decía García Márquez, en aquella noche lejana en Los Ángeles- podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz, cuya obra se acaba después de cada noticia, como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente”.

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