RETO. “El problema europeo no es la capacidad militar, sino la creencia de que no puede sin los estadounidenses”, según un alto mando de la OTAN.
BRUSELAS, Bélgica.- El anuncio del gobierno de Estados Unidos en su documento titulado Estrategia de Seguridad Nacional, en el cual anticipa el “eclipse civilizacional” de Europa causó indignación por la violencia de sus declaraciones y el desprecio con el que fueron emitidas.
El documento de seguridad, que presenta a Donald Trump, como un promotor de la paz, resume las intenciones de Estados Unidos en el mundo: un enfoque nacionalista, como la doctrina Monroe de 1823- modificada por un “corolario Trump” que busca “restaurar la supremacía estadounidense” en América Latina, como ya muestra la ofensiva lanzada contra Venezuela; un “ajuste” de la presencia militar estadounidense en el mundo y las nuevas alianzas en el Indo-Pacífico para contrarrestar a China.
El texto comienza con un repaso histórico que subraya los errores de las “élites” sobre la globalización, el comercio o las instituciones internacionales.
Sobre esos supuestos errores llegan las “bienvenidas correcciones del presidente Trump”, según esta doctrina de seguridad que emprenderá desde ahora Estados Unidos. Según el documento “la primera administración Trump demostró que con un buen liderazgo y tomando las decisiones correctas, todo lo mencionado podría haberse evitado”.
Estupor y rechazo
África y Medio Oriente tienen pequeños segmentos en este documento, pero Europa es ampliamente mencionada en el texto, con un tono que, por la violencia expresada, provocó estupor.
La administración Trump afirma que, no solo Europa está en “declive económico”, sino que también corre el riesgo, sobre todo, de un “eclipse civilizacional”.
En la mira de Trump están las actividades de la Unión Europea y otros organismos transnacionales que -según su mirada- “atentan contra la libertad política y la soberanía”, las políticas migratorias “que transforman el continente y generan conflictos”, la “censura de la libertad de expresión y la represión de la oposición política” (se refiere a las medidas para contener a la ultraderecha), la baja de las tasas de natalidad y “la pérdida de las identidades nacionales y la confianza en sí mismos”.
Este panorama sombrío pintado por Estados Unidos ha provocado un fuerte rechazo en Europa. “Ese documento es inaceptable y peligroso. La administración Trump no tiene por qué entrometerse en nuestras políticas internas”, criticó la eurodiputada y presidenta del grupo centrista Renew Europe en el Parlamento Europeo, Valérie Hayer.
Alemania reaccionó a través de su ministro de Relaciones Exteriores, Johann Wadephul: “Berlín no necesita consejos externos sobre libertad de expresión un organización de sociedades libres”.
El apoyo de Francia a Ucrania es criticado de manera implícita en el texto estadounidense, al igual que la situación política del país, a la que considera inestable. Sin embargo, la Casa Blanca “anima a sus aliados políticos en Europa a promover un renacimiento del espíritu”.
La parte europea del documento termina con la recomendación de las políticas esenciales que debe implementar Europa para recuperar el camino correcto. Entre ellas, Washington recomienda “cultivar la resistencia frente a la trayectoria actual de Europa dentro de las naciones europeas”, “animar a Europa a tomar medidas para luchar contra la sobrecapacidad mercantilista, el robo de tecnologías, el ciberespionaje y otras prácticas económicas hostiles”. O también “poner fin a la percepción de la OTAN como una alianza en perpetua expansión”.
“Partidos patrióticos”
Cuando habla de “la creciente influencia de los partidos patrióticos europeos” como motivo de “gran optimismo”, en realidad explica su apoyo a los partidos de extrema derecha alemana (AfD), española (Vox) o italiana (Fratelli d’Italia), que no ocultan su cercanía con el movimiento MAGA.
También impulsa a la extrema derecha francesa, que en febrero felicitó el discurso del vicepresidente estadounidense, JD Vance, cuando 15 días después de su investidura, fue a Europa a dar lecciones de democracia y dijo que allí la libertad de expresión está en retroceso y que la inmigración masiva es la mayor amenaza.
Apoyándose en los grandes fantasmas que predica la extrema derecha europea, como la teoría racista del “gran remplazo”, la Estrategia de Seguridad Nacional afirma que “es plausible que dentro de unas décadas algunos miembros de la OTAN sean mayoritariamente no europeos”.
Según el documento, “una amplia mayoría” de la opinión europea quiere la paz, pero es “la subversión de los procesos democráticos” lo que lo impide. Tales argumentos podrían justificar la imposición a Ucrania y a Europa de un plan de paz negociado directamente entre Washington y Moscú, como el de 28 puntos que se reveló a finales de noviembre.
El amigo ruso
La que sí acogió favorablemente el documento nacionalista estadounidense fue Rusia y su gobierno dijo que es “globalmente conforme” a la visión de Moscú.
“Los ajustes que observamos son globalmente conformes a nuestra visión”, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en referencia al documento publicado el viernes. Peskov dijo que espera que la nueva estrategia estadounidense “pueda constituir una modesta garantía para la capacidad rusa de continuar de forma constructiva su trabajo conjunto para encontrar una solución pacífica en Ucrania”, que implica reconocer los territorios que fueron invadidos por Rusia.









