En el mes de las elecciones legislativas, el desempeño de la industria volvió a terreno negativo, luego del repunte que había experimentado durante septiembre. El 40,3% de las empresas redujo su nivel de producción frente al promedio del tercer trimestre del año, mientras que un 21,3% lo incrementó. En las ventas internas, el 47,4% reportó bajas (tercer porcentaje máximo de la serie) y sólo el 21,0% subas. Estas son parte de las conclusiones de la Cuarta Encuesta del año realizada por la Unión Industrial Argentina (UIA).
El documento, al que accedió LA GACETA, puntualiza respecto de las exportaciones, que las caídas alcanzaron al 25,1% de las empresas y las alzas al 18,2%, reduciéndose significativamente la brecha respecto del relevamiento previo. Pero el pesimismo no se agota en esos indicadores; también afecta al mercado laboral de la actividad. En empleo, el 21% de las firmas redujo su dotación de personal y el 23,5% afirmó haber ajustado turnos laborales, cifra que creció durante los últimos cinco relevamientos, señala el reporte de la entidad que conduce Martín Rappallini.
Además, el 7,7% indicó haber implementado suspensiones ante la baja de producción. Por otro lado, cada vez son menores los tiempos de entrega de los proveedores (sólo el 8,8% respondió que estos aumentaron) y el 14,7% de las empresas afirmó que su stock de materias primas se incrementó. Una de cada dos empresas tuvo dificultades para afrontar al menos uno de los siguientes pagos: salarios, proveedores, compromisos financieros, servicios públicos e impuestos. Las mayores dificultades se registraron en el pago de impuestos. El 8,2% presentó atrasos en todos los pagos mencionados, el máximo nivel de la serie.
La caída de la demanda interna se ubicó como la principal preocupación para el 41% de las empresas. En segundo lugar, apareció el aumento de costos (19,3%), con el costo laboral e insumos nacionales como principales factores (45,4% y 20%, respectivamente).
Finalmente, la encuesta de la UIA detalla que las expectativas positivas mejoraron: una mayor proporción de empresas prevé mejoras en su situación económica empresarial (60,4% vs 48,6% en el relevamiento anterior), en su sector de actividad (57% vs 46,4%) y a nivel país (68,6% vs 53,1%). Esto estuvo asociado, en parte, a un escenario financiero más calmo tras las elecciones y a la baja de tasas, lo que contribuyó a revertir la tendencia negativa previa.








