La docencia universitaria bajo la lupa: cómo nacieron los nuevos paradigmas de trabajo

En su libro -fruto de la tesis doctoral-, la vicerrectora de la UNT revisa un período clave, cuando apareció la exigencia de diversificar tareas: enseñar, investigar y hacer extensión.

CONTRA LA DESCONFIANZA. Leal ponderó las iniciativas del CIN. CONTRA LA DESCONFIANZA. Leal ponderó las iniciativas del CIN.

Diez años después de defender su tesis doctoral y en un momento en que las políticas hacia la educación superior vuelven a poner a las universidades en el centro del debate público, la vicerrectora de la Universidad Nacional de Tucumán, Mercedes Leal, decidió convertir aquel trabajo académico en un libro: “Universidad y profesión académica. La docencia universitaria interpelada”. Leal explica que la demora en la publicación respondió al peso de las responsabilidades de gestión que asumió, como decana de la Facultad de Filosofía y Letras primero y luego como vicerrectora. Ahora, sin embargo, considera que el contexto histórico ofrece una oportunidad inmejorable para recuperarlo. Hoy lo presentará en el Centro Cultural Virla.

Se están cumpliendo 30 años de la Ley de Educación Superior (1995) y muchos de los temas que Leal estudiaba -la relación entre el Estado y las universidades, las demandas de rendición de cuentas, la sospecha sobre la autonomía- vuelven a adquirir vigencia. Observó que, al igual que en la década del 90, reaparece un clima de interpelación permanente hacia las instituciones universitarias, obligadas a justificar su tarea en cada uno de los planos en los que actúan.

A la vez, recordó que se cumplen 40 años de la creación del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), un organismo clave en el proceso de normalización de las universidades tras el regreso de la democracia. Ese período contrasta con la década de 1990, cuando la creación de la Secretaría de Políticas Universitarias fue percibida por buena parte del sistema como la intromisión estatal en una autonomía que las universidades sostienen históricamente por ley.

Tiempo de cambios

Leal explicó que los 90 constituyeron un momento de fuerte interpelación, tanto para las instituciones como para los docentes. En ese marco surgieron políticas de evaluación, competitividad y diversificación de tareas, que complejizaron la identidad profesional. Entre ellas, el Programa de Incentivos (PI) ocupó un lugar central en su estudio.

Según detalló, dicho programa exigió a los docentes que ampliaran aún más sus actividades -enseñanza, investigación, escritura de papers, participación en proyectos, formación continua- bajo una lógica fuertemente credencialista. Esa presión, sin embargo, afectó de forma desigual a las distintas comunidades académicas. No es lo mismo, observó, para un docente con dedicación simple -figura que abarca al 70% del sistema- que para uno con tradición consolidada en investigación.

Recordó además que el programa nació en un contexto de retracción salarial, por lo que en sus inicios constituyó una vía de compensación económica. Con el tiempo, aun cuando el incentivo perdió peso en términos salariales, la retribución simbólica asociada a la categorización -clave para ascensos y convocatorias competitivas- quedó completamente instalada.

Este periodo (su recorte temporal abarca desde la creación del PI hasta 2010) fue significativo. “La universidad comenzó a abrir su puerta para ser mirada, para ser analizada y para ser criticada”, sostiene la vicerrectora de la UNT.

Protagonistas

La investigación de Leal, parte de un proyecto internacional sobre cambios en la profesión académica que abarcó 32 países, advierte que este nuevo modelo, basado en criterios meritocráticos y la diversificación de tareas (esto de escribir papers, participar en reuniones, dar clases, investigar, integrarse a proyectos de extensión), generó una profunda presión y estrés entre los académicos.

En su investigación, Leal distinguió tres generaciones de docentes: noveles, intermedios y consolidados. Detectó que los mayores, socializados en otra forma de entender la actividad académica, vivieron el programa con cierto malestar, obligados a responder a demandas para las que no siempre contaban con sostén institucional. Los más jóvenes, en cambio, crecieron en un entorno donde la competitividad está naturalizada, aunque esa naturalización viene acompañada por un nivel elevado de estrés, producto de la multiplicación de obligaciones.

Leal sostuvo que la divulgación científica -que muchos investigadores consideran una carga adicional- también debería estar contemplada como parte de las políticas universitarias. Recordó que el movimiento de reforma interna que surgió en los 90 contribuyó a que las universidades comenzaran a pensarse a sí mismas como objeto de estudio, organizando eventos y produciendo conocimiento crítico sobre sus propias prácticas.

Desde la gestión, aseguró, buscó fortalecer esa dimensión mediante la creación de jornadas que en dos ediciones consecutivas reunieron a 1.000 y luego a 2.000 docentes e investigadores. El objetivo, explicó, era mostrar la producción científica hacia afuera, generar intercambio y abrir espacios de diálogo con organizaciones sociales y con el Estado para que estos pudieran expresar qué esperan de la universidad.

Según destacó Leal, la divulgación no puede reducirse a comunicar resultados, ya que implica también construir vínculos más dinámicos entre universidad y sociedad.

Desafíos

Leal observa que muchos de los temas analizados en su tesis dialogan directamente con la actualidad. Señaló que hoy existe nuevamente un clima de desconfianza hacia las universidades nacionales, perceptible en decisiones presupuestarias y en la disputa por los sentidos de lo público. Sin embargo, destacó una diferencia: el CIN ha elaborado una agenda propia que pone en el centro los problemas de la enseñanza.

Los programas actuales, explicó, se concentran en mejorar las trayectorias estudiantiles, revisar planes de estudio, enfrentar la deserción y responder a los cambios en el perfil de los estudiantes, que a menudo demandan carreras más cortas con inserción laboral inmediata. Para Leal, este giro hacia la docencia configura un nuevo escenario que exige repensar las políticas universitarias y los roles de cada actor dentro del sistema.

A su vez, insistió en que la defensa de la gratuidad universitaria volvió a ocupar un lugar central, como se evidenció en la reciente celebración nacional. La UNT, destacó, salió a mostrar la amplitud y profundidad de su producción de saberes, convencida de que la gratuidad es clave para la inclusión social y para el desarrollo del país.

Saldando una deuda

En lo personal, Leal definió la publicación del libro como una manera de saldar una deuda consigo misma y con quienes participaron de su investigación, aquellos entrevistados que le abrieron la puerta de su realidad por medio de testimonios esclarecedores. Aunque la escritura de una tesis implica un componente de trabajo solitario, remarcó que siempre estuvo acompañada por un colectivo, sostenido por los directores que marcaron su recorrido.

Recordó con especial afecto a Pedro Krotsch, quien desde su experiencia en México -estuvo exiliado durante la última dictadura- volvió al país con una mirada crítica y transformadora sobre la universidad, impulsando revistas y espacios de debate sobre la institución. Tras su fallecimiento, la doctora Ivonne Scanavino asumió la dirección del trabajo, gesto que Leal valoró profundamente.

Afirmó que no podía permitir que esas reflexiones quedaran guardadas en una computadora, sobre todo en un momento en que confluyen hitos como los 40 años del CIN, los 30 de la Ley de Educación Superior y más de cuatro décadas de democracia. Sostuvo que la producción de conocimiento sobre la universidad es, ante todo, una herramienta para que otros puedan pensar críticamente, y también una forma de retribuir a los docentes e investigadores que compartieron sus experiencias para hacer posible su estudio.

Presentación: esta tarde en el Virla, con invitados

- “Universidad y profesión académica. La docencia universitaria interpelada” se presentará hoy a las 19 en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265). 

- Acompañarán a Mercedes Leal la rectora de la Universidad Nacional del Comahue, Dra. Beatriz Gentile; y el Dr. Sergio Georgieff, geólogo, docente de la UNT e investigador del Conicet. Gentile, a la vez, está al frente de la Red de Género y Diversidades del Consejo Interuniversitario Nacional

- El libro fue editado en dos tomos por Humanitas, el sello de la Facultad de la Filosofía y Letras de la UNT, en el marco de su colección Tesis.

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