PLAZA. La vendimia 2026 se iniciará con un mercado desregulado.
La vendimia de 2026 se desarrollará en el marco de una industria desregulada. La nueva campaña contará con menos normas, varias de ellas ya en desuso por su antigüedad. Sin embargo, en el sector expresaron inquietud por el impacto que tendría la medida impulsada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. En particular, manifestaron dudas sobre la certificación en la elaboración del vino, como consecuencia de la quita de funciones al Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, junto con Desregulación, pusieron en marcha, a través de la Resolución N° 37/2025 del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), una reforma del marco regulatorio de la actividad vitivinícola, con la idea de establecer una liberación de la industria como en años anteriores. El Gobierno nacional efectuó un digesto normativo: de 1.207 normas, se derogan 973.
Entre los objetivos centrales, el INV tendrá menos funciones. “El organismo dejará de intervenir en las etapas iniciales e intermedias del proceso productivo para concentrarse exclusivamente en el control del producto final, garantizando que los vinos sean aptos para el consumo y no estén adulterados. En otras palabras, el INV dejará de fiscalizar todo el proceso y se enfocará en asegurar la calidad del vino que llega a los consumidores”, argumentó Agricultura en un comunicado, en el que también apuntó a “excesivos controles y trámites impuestos por el INV que habían generado costos, demoras y pérdida de competitividad”.
¿Qué implica esta iniciativa? Los inspectores no fiscalizarán más en las bodegas y se verificará únicamente el producto terminado, es decir, en el tramo final de la cadena productiva. Nación proyecta dejar de realizar unas 5.000 verificaciones presenciales al año, entre otras medidas. Tampoco se aplicarán multas por la presentación tardía de declaraciones juradas ni por los permisos de tránsito.
Con esta desregulación, las certificaciones de origen, añada y varietal pasan a ser optativas. “El INV continuará emitiendo las certificaciones exigidas para exportaciones, tal como lo requieren los países de destino”, indicó.
Pese a los argumentos oficiales, en Tucumán plantearon un escenario de incertidumbre respecto del impacto de la desregulación. “El compromiso es que el INV continúe el control de vinos para exportación a destinos que tienen sus regulaciones, normas que se tienen que seguir al pie de la letra según los países”, dijo Silvia Gramajo, referente de la Cámara de Bodegas y Viñedos del Tucumán. “Se dejará de controlar, o se hará en menor medida, el proceso de vinificación”, agregó.
Registro de los varietales
Gramajo explicó que el INV venía interviniendo desde antes de la cosecha. “Uno tiene que registrarse en el INV para poder ser productor vitivinícola. El organismo ha llevado además el registro de los varietales: la cantidad de kilos de Malbec, de cabernet, de torrontés. Siempre tenía que coincidir lo que se cosecha con la vinificación. Eso se dejará de controlar”, aclaró.
Mediante las reglamentaciones, la intervención del INV -destacó Gramajo- ha permitido durante años que los productores lograran vinos de alta calidad bajo la denominación Valles Calchaquíes. “Ha habido exigencia tanto en la parte tecnológica como en la producción y en el control. Eso ha hecho, obviamente, que en Tucumán tengamos vinos de alta calidad, como lo demuestran los premios y preseas que estamos obteniendo a nivel nacional e internacional”, subrayó.
Gramajo consideró adecuado que se deroguen algunas normas antiguas y en desuso, pero se preguntó: “cómo se verificará, de ahora en más, si un vino elaborado con uvas cabernet incluye efectivamente cabernet, otra variedad o algún ingrediente (como algún tipo de azúcares) en el proceso”. “Hasta ahora, eso se controlaba”, finalizó.







