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¿Qué pasará con el esquema cambiario? ¿El dólar llegará a lo $ 1.500 por unidad hacia fines de año? ¿Cómo hará el Banco Central para acumular reservas internacionales? El mercado se hace estas preguntas y espera respuestas del Gobierno nacional. Una de ellas llegó desde Nueva York. Ante inversores foráneos reunidos por la banca JP Morgan, el ministro de Economía, Luis Caputo, admitió la posibilidad de acelerar el ritmo de deslizamiento de la banda cambiaria oficial, que actualmente se mueve al 1% mensual (de modo descendente en el piso y de modo ascendente en el techo), pasándolo al 1,5% por mes.
El esquema de bandas sigue funcionando como ancla, pero no puede prolongarse indefinidamente, advierte un reporte elaborado por la Fundación Mediterránea. El desafío es institucionalizar el régimen bimonetario sin desordenar el proceso de desinflación ni frenar la baja del riesgo país, puntualiza. Adoptar un régimen monetario-cambiario de carácter permanente análogo al bimonetarismo de Perú y Uruguay es también una “reforma estructural” de primer orden”, remarca. Mientras tanto, la prioridad parece ser despejar los vencimientos de 2026 y sostener el ingreso de capitales, antes que acumular reservas. La secuencia elegida definirá si el equilibrio actual se convierte en un círculo virtuoso de estabilidad y crecimiento, o en un nuevo punto de inflexión, considera la fundación.
El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), elaborado por el Banco Central, ha reflejado que las consultoras y los analistas privados esperan que este año el dólar oficial cierre en torno de los $ 1.500 por unidad, una previsión más elevada de lo que el presidente Javier Milei estableció como meta para el año que viene en el tipo de cambio oficial, de acuerdo con el proyecto de Presupuesto 2026.
De todas maneras, cada tanto, se renueva la incertidumbre en el mercado cambiario sobre la evolución del tipo de cambio. Según el economista Gustavo Ber, entre los operadores despierta inquietudes que el dólar mayorista continúe bastante cerca del techo de la banda, más allá del optimismo reciente en los activos financieros, y que el gobierno apunte a mantener el esquema de bandas, dado que la inflación aún corre por encima del 1% de ajuste mensual. “Ocurre que en algún momento podría volver a requerirse de intervenciones y que además no otorgaría espacio para que se impulsen compras oficiales, aprovechando incluso realizarlas sin esterilización ante el repunte de la demanda de dinero”, explica el analista. Todo esto permitiría remonetizar la economía -contribuyendo a la recuperación de la actividad- sin afectar el proceso de desinflación.
Las señales
Los operadores están atentos a las señales que puede dar el Palacio de Hacienda y, en particular, el Banco Central, sobre la acumulación de reservas, la evolución del esquema cambiario y la continuidad del proceso de normalización de tasas. De todos esos factores depende que el Riesgo País siga disminuyendo hasta ubicarse por debajo de los 500 puntos básicos (en la actualidad se ubica en los 647) si es que la Argentina quiere volver al mercado voluntario de créditos internacionales. Asimismo, también son condiciones esenciales para bajar la sensibilidad del mercado a los testeos habituales sobre el techo de la banda de flotación cambiaria.
En un diagnóstico posterior a las elecciones legislativas de medio término, la firma Cohen Aliados Financieros advirtió que el esquema cambiario actual, con un piso de banda irreal, impide al BCRA comprar divisas, lo que limita la acumulación de reservas y la remonetización de la economía, presionando sobre las tasas de interés que, pese a la reciente baja, se mantienen muy elevadas en términos reales. Según ese diagnóstico, todas esas variables restringen la capacidad del país de retomar el sendero de crecimiento interrumpido en febrero pasado. “Consideramos que este último punto sigue siendo la parte débil del programa y aquella sobre la que el gobierno deberá brindar mayores precisiones para, al menos, revertir la tendencia de las reservas”, subraya. Y acota: también permitirá lograr que el riesgo país se acerque a los 400 puntos básicos para volver al mercado financiero en 2026 y refinanciar los vencimientos de deuda.
Más allá de estas percepciones, Cohen cree que, en el corto plazo, se mantendrá la “luna de miel” entre el Gobierno nacional y el mercado. “Esperamos avances en la agenda de reformas, pero también ansiamos noticias sobre una política concreta para acumular reservas internacionales en 2026, ya sea mediante un nuevo esquema cambiario o una actualización de las bandas actuales”, explica. La firma, además, cree que es fundamental avanzar con la eliminación de las restricciones que aún rigen para las empresas en el mercado de cambios, con el objetivo de dinamizar la inversión y descomprimir la tensión cambiaria.
La Argentina cerró la semana pasada con el pago de vencimientos de deuda por U$S 800 millones al FMI. Frente a ese compromiso, las reservas cayeron U$S 753 millones, ubicándose en los U$S 40.260 millones. En el mercado creen que el pago se hizo con el swap del Tesoro de los Estados Unidos, la tabla de salvación del plan de Milei.








