En 2017, tras el potente triunfo en las elecciones de medio término, Mauricio Macri mostró una tendencia a “cerrar el Gobierno” y a excluir de las decisiones y de los espacios de poder a aliados y a espacios políticos que se habían mostrado cerca del líder PRO. Luego, muchos vincularon aquello con la derrota que sufrió en 2019. Si bien los contextos son muy distintos, este puede ser un buen prisma para analizar el triunfo nacional que logró La Libertad Avanza.
Lo de anoche fue tan impactante como inesperado. A tal punto que las sonrisas libertarias empezaron a dibujarse bien entrada la tarde, a medida que los datos de sus fiscales empezaban a llegar desde distintos puntos del país. El mapa que mostró el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, poco después de las 21 fue contundente: reveló un país pintado de violeta, inclusive en la provincia de Buenos Aires que, de algún modo, fue la artífice de las turbulencias de los últimos dos meses, tras el triunfo peronista en las elecciones de principios de septiembre.
Es cierto que el resultado en el principal distrito del país fue muy ajustado: LLA y Fuerza Patria no se llegaron a sacar ni un punto de diferencia (al cierre de este texto, los libertarios ganaban por menos de 50.000 votos). De todos modos, creer que esta es una estocada mortal para el peronismo es un error. Basta regresar a aquel 2017, cuando muchos pronosticaron el final de Cristina Kirchner, pero terminó siendo vicepresidenta dos años después.
Hablando de Cristina, ayer bailó desde el balcón del departamento en el que cumple su condena por corrupción. No faltaron los malintencionados que leyeron en ese baile un festejo: el triunfo libertario en Buenos Aires confirmó su tesis de que adelantar las elecciones provinciales había sido un error. El autor del desdoblamiento fue su antiguo discípulo y actual retador, el gobernador Axel Kicillof.
Otros ganadores
En medio de la algarabía, se dibujaron otros ganadores en el universo libertario, además de los candidatos que llegarán al Congreso. Fueron los miembros del Gabinete nacional, especialmente Francos, quien recibió en primer lugar el agradecimiento especial del presidente.
De todos modos, el triunfo no parece haber aplacado las internas. Estas quedaron escenificadas en el búnker, donde el poderosísimo -y hasta ahora- asesor sin firma Santiago Caputo y la secretaria general de la presidencia, Karina Milei, ocuparon los dos extremos del escenario ¿Habrá nuevos cambios en el equipo de ministros? Tal vez en las próximas horas aparezcan nuevas pistas sobre el derrotero de estas peleas por el poder.
Momento bisagra
En su mensaje, el presidente habló de un momento bisagra para comenzar a construir una “Argentina grande”, nombró a Macri, destacó la performance de los oficialismos provinciales y los invitó a discutir reformas.
Con los resultados puestos, aparece una duda: ¿el triunfo inducirá a Milei a repetir el error que se le achaca al ex presidente en la segunda mitad de su mandato o estará dispuesto a ceder algo de poder para negociar con posibles aliados y lograr las reformas que están en carpeta? Por lo que se vio anoche, todo indica que seguirá este último camino. Pero con él nunca se sabe.







