La grafología es un método que estudia la escritura manuscrita con el objetivo de descubrir características de la personalidad y del mundo emocional de quien escribe. Según los especialistas, detalles como el tamaño, la presión, la inclinación y la forma de las letras pueden ofrecer pistas sobre aspectos como la seguridad en sí mismo o la predisposición a engañar.
Desde la psicología, se reconoce que la mentira es un comportamiento universal, presente en mayor o menor medida en todos. Sin embargo, existen individuos para quienes falsear la verdad deja de ser algo ocasional y pasa a convertirse en una práctica casi mecánica y cotidiana.
Patron de comportamientos en personas mentirosas
De acuerdo con el portal Psicología-Online, quienes mienten con frecuencia suelen compartir determinados rasgos en su conducta. Entre ellos se encuentran la inseguridad, la baja autoestima y la costumbre de colocarse en el papel de víctima cuando son descubiertos. También es común que mantengan una actitud de negación incluso frente a evidencias claras.
Además, suelen acompañar sus palabras con un uso exagerado de gestos de las manos, y presentan dificultades para mostrar empatía. Algunos lo hacen de manera impulsiva, mientras que otros recurren a la frialdad y al cálculo para sostener sus engaños. Estos patrones, muchas veces, se proyectan de manera inconsciente en su escritura.
Cómo escriben la letra L los mentirosos
En grafología, la letra “L” tiene un papel relevante a la hora de detectar posibles señales de deshonestidad. Su forma se construye a partir de dos trazos principales: uno vertical, que es más extenso, y otro horizontal, más breve. La relación entre ambos puede dar pistas sobre la personalidad del escritor.
Según los especialistas, cuando alguien acostumbra a mentir o a esconder información, tiende a reducir el trazo horizontal hasta volverlo casi invisible. Este gesto, aunque aparentemente mínimo, se interpreta como una manifestación inconsciente del deseo de ocultar o de pasar desapercibido.








