Un estudio de la NASA publicado Proceedings of the National Academy of Sciences advirtió sobre este fenómeno.
Los científicos de la NASA advirtieron que la Tierra está sufriendo un desbalance, donde una parte de ella se oscurece cada vez más. Durante miles de años, nuestro planeta mantuvo un delicado equilibrio en su reflectividad, conocida como albedo, que es la capacidad de reflejar la luz solar de vuelta al espacio. Pero ahora los hemisferios se distancian entre sí, con uno que se calienta mientras que otro se apaga.
A pesar de que el norte está dominado por masas terrestres y el sur por vastos océanos, ambos hemisferios reflejaban casi la misma cantidad de luz. Sin embargo, los datos satelitales recolectados durante los últimos 24 años confirman que ese equilibrio se rompió: el hemisferio norte ahora absorbe más energía solar que el sur.
Cambio climático y la paradoja de la limpieza del aire
Esta divergencia es significativa, cuantificada en 0,34 Wm−2 por década. Pero, ¿por qué ocurre este desbalance energético tan profundo? El estudio, dirigido por Norman Loeb, del Centro de Investigación Langley de la NASA, apunta a una combinación de factores, donde el cambio climático es uno de los principales motores así como una sorprendente paradoja.
El principal motor de esta asimetría es la reducción de aerosoles. Debido a las medidas de protección medioambiental implementadas en Europa, Estados Unidos y China, la contaminación por partículas finas disminuyó notablemente. Aunque esta es una buena noticia para nuestra salud, menos partículas en la atmósfera significan que menos luz solar es reflejada, permitiendo que más radiación llegue a la superficie y sea absorbida. Mientras tanto, en el hemisferio sur, eventos masivos como los incendios forestales de Australia (2019-2020) o la erupción del volcán Hunga Tonga (2022) inyectaron temporalmente enormes cantidades de aerosoles, aumentando su reflectividad.
El misterio de las nubes y el hielo que desaparece
A los aerosoles se suma el cambio en el albedo de la propia superficie terrestre. El calentamiento global está acelerando la pérdida de hielo marino y nieve en el Ártico. Cuando las superficies blancas y brillantes, que reflejan la luz, son reemplazadas por agua u otros terrenos oscuros, que absorben el calor, el hemisferio se oscurece aún más.
Lo que más desconcertó a la comunidad científica es el papel de las nubes. Históricamente, se pensaba que las nubes actuarían como un mecanismo de compensación natural, ajustando la nubosidad para reflejar más luz y así restaurar el equilibrio perdido. No obstante, los datos son claros: la contribución de las nubes es "sorprendentemente pequeña". El físico Norman Loeb señaló: "Pero lo que me resultaba misterioso era que las nubes no compensaban. Si esta simetría hemisférica es una propiedad fundamental del sistema, las nubes deberían proporcionar más reflexión en el hemisferio norte para compensar las propiedades no nubosas. Y no lo veo, al menos, todavía no".
Las duras consecuencias de este desequilibrio
Que un hemisferio se caliente más rápido que el otro no es una simple curiosidad académica. El balance energético de la Tierra es el motor fundamental que impulsa la circulación atmosférica y oceánica; en otras palabras, es nuestro clima.
El desequilibrio ya se está manifestando: el hemisferio norte no solo se calienta más rápido, sino que la Zona de Convergencia Intertropical (el cinturón de lluvias del planeta) se está desplazando hacia el norte. Si esto continúa, las consecuencias serán difíciles para miles de millones de personas, afectando la distribución de lluvias en regiones cruciales como América Central, África subsahariana y el sudeste asiático. Aunque la diferencia de reflejo actual es mínima, el fenómeno puede tener efectos acumulativos a largo plazo.








