ESTRATEGAS. Caputo junto al titular del Banco Central, Santiago Bausili.
La ingeniería cambiaria está a flor de piel en una primavera que ha cambiado el clima en el mercado. De una semana a otra, las expectativas se modificaron y ahora la administración del presidente Javier Milei recalculó su plan para llegar a las elecciones del domingo 26 de octubre sin grandes contratiempos con una variable sensible para la Argentina; el precio del dólar. Julio y agosto transcurrieron en medio de una elevada volatilidad y, hasta hace una semana, se temió lo peor para el rumbo económico. Más aún, con un Riesgo País transitando la zona de los 1.400 puntos básicos.
El rescate extraordinario de los Estados Unidos y la liquidación de divisas por parte de las cerealeras, en un acotado régimen de “retenciones cero” sirvieron al equipo del ministro de Economía Luis Caputo para recalcular y sacar de la cabeza de los operadores la sensación de default.
Frente a este panorama, el Gobierno reaccionó tratando de incentivar la oferta de dólares y acotar la demanda en simultáneo. En cuanto a la oferta, el Gobierno anunció retenciones 0% para el sector agropecuario (principales granos y sus derivados) hasta el 31 de octubre o hasta que se declaren exportaciones por U$S7.000 millones, con la obligación de liquidar el 90% en los tres días hábiles posteriores de la declaración jurada (descartando así la posibilidad de postergar en el tiempo la liquidación). Con un costo fiscal aproximado de 0,2% del PBI, la medida surgió efecto rápidamente y en los primeros tres días se alcanzó el cupo establecido (restableciéndose así los niveles de retenciones previos), llevando así la liquidación del agro a niveles récord.
Esto permitió que el Tesoro retomé las compras en el Mercado Único Libre de Cambios (MULC) y le ponga un piso al dólar. Al cierre de la semana, las reservas internacionales del Banco Central subieron y, según Ecolatina, obedeció a un aumento de los depósitos del Tesoro en dólares. De hecho, según trascendidos, durante el viernes el Tesoro habría adquirido U$S1.350 millones.
Con respecto a la demanda, las autoridades buscaron impulsar un cambio de expectativas gracias al anuncio de un contundente apoyo financiero (y político) del Gobierno de EEUU (junto con una aceleración en los desembolsos proyectados del Banco Mundial y el BID). En concreto, no sólo el presidente Donald Trump demostró públicamente su apoyo a Milei en una reunión bilateral, sino que Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, mencionó que está listo para comprar bonos argentinos (en colocaciones primarias o el mercado secundario), otorgar un crédito stand-by y negociar una línea SWAP de U$S20.000 millones con el Banco Central, recuerda la consultora.
Si bien no se dieron precisiones sobre el momento en el cual se concretarían esas operaciones (aunque se mencionaron las elecciones como un evento a monitorear) ni sus condicionalidades, semejante muestra de apoyo del principal jugador en el mercado financiero internacional sin dudas es un “game changer” para la dinámica del programa económico. Si se concreta la llegada de dólares del Tesoro, Argentina podría postergar su vuelta a los mercados financieros internacionales sin tensionar el mercado cambiario, dado que contaría con los dólares necesarios para cancelar sus compromisos en 2026.
Más allá de ello, el BCRA reforzó el cepo. La brecha cambiaria entre el dólar CCL y el mayorista se extendió hasta el 5%, insinuando una presión dolarizadora por parte de las empresas exportadoras de cereales (no pueden acceder al oficial). Así, el gap debería cerrarse mediante el arbitraje de las personas físicas (sin cepo) abasteciendo de dólares a la demanda excedente en el mercado financiero. No obstante, el Central reinstauró la restricción cruzada por 90 días para las personas físicas.
El camino hacia el 26 de octubre aún es un largo trayecto por delante y en Argentina es usual que la volatilidad se haga más presente en la cercanía a los comicios, indica Ecolatina. En tal sentido, no descarta que en las semanas previas a las elecciones haya turbulencia cambiaria y/o financiera. Sin embargo, la consultora estima que el Gobierno tiene las herramientas suficientes como para afrontar eventuales tensiones y postergar definiciones para después de las elecciones. Eventualmente, incluso el BCRA o el Tesoro podrían volver a vender dólares en caso de ser necesario. Si bien no dejaría de ser una mala señal para el mercado (por eso es importante que aprovechen las elevadas liquidaciones para hacerse de un “colchón”), no es lo mismo vender dólares a pocas ruedas de las elecciones que hacerlo con casi un mes de anticipación, explica.
Luego de los comicios, no se descarta una revisión del esquema cambiario de cara a la segunda mitad del mandato hacia un régimen de flotación sucia, donde el nivel del tipo de cambio dependería más de la intensidad de los flujos de divisas (tanto comerciales como financieras) y no sólo de las intervenciones oficiales (sea del BCRA o del Tesoro). Claramente, el tipo de cambio resultante del cambio de régimen dependerá no sólo del resultado electoral, sino también de las señales de gobernabilidad que brinde el Gobierno (diálogo con el Congreso y gobernadores para aprobar leyes) y de la percepción de sostenibilidad del esquema económico y el programa financiero (reforzados recientemente por el respaldo de los Estados Unidos), finaliza Ecolatina.
Contra el “rulo”
“Se cortó un kiosco de pocos”, dijo Caputo
El ministro de Economía, Luis Caputo, defendió los nuevos controles cambiarios y aseguró que la medida “favorece a los argentinos” porque limita maniobras especulativas en los mercados financieros. Durante una entrevista con TN, sostuvo que “se cortó un kiosco de unos pocos que arbitraban en los dos mercados. Estamos hablando de 20 personas”. “Los argentinos están mejor con esto. Esto va a volver a pasar lunes y martes cuando sigan liquidando. Se fortalece la solidez del Tesoro y el balance del Banco Central”, fundamentó el titular del Palacio de Hacienda.
Sólo promesas
“Habrá una nueva devaluación”, afirmó Lozano
“El Gobierno quiere llegar a octubre con un tipo de cambio contenido, pero después del 26 de octubre habrá una nueva devaluación acompañada de recesión y condicionamientos geopolíticos”, afirmó el economista Claudio Lozano. “La situación de crisis cambiaria subsiste, nada se ha resuelto”, sentenció en diálogo con Radio Splendid. Según Lozano, el Poder Ejecutivo se sostiene gracias a una “promesa de asistencia de los Estados Unidos que no tiene contrapartida de dinero” y a la liquidación anticipada de granos que aportó U$S7.000 millones. “Todo entra por una ventana y se va por la otra”, completó.









