Desde las culturas más antiguas, caminar descalzo se convirtió en una práctica habitual. Recientemente, movimientos naturistas recuperaron este ejercicio bajo el nombre de grounding. Se trata de un movimiento que sostiene que la tierra está cargada de energía de la cual las personas pueden obtener electrones libres capaces de eliminar los radicales libres que producen estrés oxidativo.
El grounding se realiza poniendo el cuerpo en contacto con diferentes elementos de la naturaleza. Se puede caminar descalzo sobre la tierra, el césped o la arena, pero también sirve sentarse o recostarse. El grounding también contempla sumergir los pies o el cuerpo en cuerpos de agua natural como ríos, mares o lagos.
Grounding: beneficios de caminar descalzos
Durante la infancia, el grounding favorece el desarrollo y la correcta formación de los pies y la postura. La planta del pie tiene un sinfín de terminaciones nerviosas que ayuda a mejorar el equilibrio. Que los niños caminen descalzos puede ayudar a reforzar la musculatura de las extremidades inferiores. Se deben evitar las superficies sucias o calientes y optar por el césped.
En etapas más avanzadas como la adolescencia, caminar descalzos continúa ayudando a mantener una buena postura por el buen posicionamiento de los pies en el suelo. Disminuye la tensión en las plantas y en la espalda porque libera la compresión de los calzados ajustados. En las escuelas puede aplicarse para reducir el estrés de los estudiantes. Se debe evitar caminar sin calzado en espacios públicos para evitar desarrollar hongos.
Los adultos que practican el grounding pueden aliviar el dolor causado por las largas caminatas con calzado cerrado. Estimula la circulación y la sensibilidad nerviosa favoreciendo la relajación. Algunas investigaciones asocian el contacto directo con el suelo con una disminución del estrés oxidativo y la inflamación. En climas fríos, se debe evitar la exposición prolongada para no sufrir problemas de circulación.
Los adultos mayores también reciben beneficios peculiares de caminar descalzos. Ayuda a mantener la movilidad articular y la fuerza en los tobillos. El grounding estimula el equilibrio y ayuda a prevenir caídas generando bienestar emocional y relajación. Se deben evitar superficies resbaladizas.








