Diabetes, estrés y aumento de peso: el peligroso triángulo que no deberías descuidar

Prácticas como el mindfulness, la ejercitación o la alimentación equilibrada y balanceada permite controlar el estrés y trabajar la mente sin que afecte directamente el cuerpo.

Diabetes, estrés y aumento de peso: el peligroso triángulo que no deberías descuidar
22 Septiembre 2025

Al hablar de estrés, tendemos a asociarlo a factores como el cansancio, el dolor de cabeza o el malestar estomacal. Pero un especialista español advierte que hay un aspecto sobre el que el estrés incide y que suele pasar desapercibido. Se trata de lo metabólico, que tiene una gran incidencia en el normal funcionamiento del cuerpo y que no suele relacionarse al estrés.

“Hoy sabemos que el estrés crónico puede alterar profundamente el metabolismo y dificultar el control de enfermedades como la diabetes”, sostiene Rocío Villar Taibo, especialista en endocrinología y nutrición y vocal de la Sociedad Española de Diabetes. Señala así que el estrés crónico puede tener consecuencias a largo plazo, porque aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

En episodios de estrés, el cuerpo libera automáticamente cortisol, una hormona que puede afectar diferentes tejidos y funciones. El cortisol permite que el cuerpo acumule grasas con mayor facilidad, sobre todo en el abdomen. En personas con diagnóstico de diabetes, los números de glucosa en sangre pueden salir elevados por esta misma causa.

A mayor estrés, mayor probabilidad de diabetes

Un mayor nivel de estrés se relaciona, según estudios, a una mayor probabilidad de desarrollar diabetes u obesidad. Respecto a lo primero, se demostró que aún no hay consenso porque, mientras algunas investigaciones señalan que las mujeres son las más afectadas, otras sostienen que son los hombres y, otras, hablan de las personas con prediabetes.

“Es fundamental que tanto la población general como las personas con riesgo metabólico o con diabetes entiendan que cuidar la mente también es una forma de cuidar el cuerpo”, sostiene el especialista. Es que si el estrés se mantiene en el tiempo, tiene más disposición para afectar los valores en la sangre con la producción de cortisol.

Entre las señales que puede dar tu cuerpo de estar padeciendo demasiado estrés, se pueden reconocer cambios de peso sin motivo, nivel de glucosa descontrolado –en pacientes con o sin diabetes–, aumento de la presión arterial, dificultad para dormir o mayor apetito.

"Los niveles elevados de cortisol asociados al estrés hacen que muchas personas tiendan a buscar alivio rápido en alimentos calóricos y poco saludables: dulces, comidas rápida, snacks salados, por ejemplo. Es lo que llamamos ‘hambre emocional’ y puede aparecer hasta en el 70% de las personas”, sostiene Villar Taibo.

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