La administración de Javier Milei vivió una de las semanas más complicadas en materia política y económica desde que asumió en diciembre de 2023. El Banco Central (BCRA) tuvo que vender entre el lunes y miércoles U$S1.110 millones, mientras que el dólar oficial alcanzó los $1.515 y el riesgo país superó los 1.440 puntos.
Ante este escenario, la gran duda es cuál será el impacto en la vida cotidiana de los argentinos. Esta semana, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que el Producto Bruto Interno (PBI) del segundo trimestre de 2025 se contrajo 0,1% en comparación con el trimestre anterior. Este dato pone en duda las proyecciones oficiales de crecimiento, que en la presentación del Presupuesto 2026 habían estimado un incremento del 5,4% para este año.
El economista Guido Sandleris, ex presidente del BCRA, advirtió sobre la gravedad de la situación. “El equilibrio fiscal es hoy la principal fortaleza del país, pero la vulnerabilidad está en la falta de un colchón de dólares que funcione como seguro frente a crisis”, afirmó y calificó la situación como una “crisis” y cuestionó algunas maniobras de política económica del Gobierno.
Impacto en la economía cotidiana
El deterioro del frente financiero tiene varios efectos directos sobre la economía. En primer lugar, el elevado riesgo país limita el acceso al financiamiento externo. Para el sector privado, esto encarece el crédito y dificulta proyectos de inversión; para el Estado, aumenta el costo de colocación de deuda.
La inestabilidad cambiaria también afecta a empresas y consumidores. Con un dólar que alcanzó el techo de la banda cambiaria y la intervención del Banco Central para contenerlo, muchas empresas carecen de precios de referencia, lo que retrasa compras de insumos, frena ventas y dificulta la negociación de contratos. “Cuando no hay un dólar de referencia, no hay precio, y sin precio se paralizan operaciones en múltiples sectores”, señaló Damián Di Pace, economista y director de Focus Market, consignó el portal Infobae.
Además, las tasas de interés para contener la dolarización se dispararon: los plazos fijos llegaron a rendimientos cercanos al 100% efectivo anual. Aunque en los últimos días los niveles comenzaron a moderarse, este encarecimiento impactó en tarjetas de crédito, descubiertos y préstamos comerciales, restringiendo el consumo y la capacidad productiva. Actualmente, la tasa promedio de los plazos fijos minoristas es de 54,46%, pero los expertos advierten que el costo del financiamiento sigue siendo elevado.
La fuerte venta de reservas del Central, que alcanzó volúmenes inéditos en años recientes, expone los límites de la estrategia oficial para sostener la estabilidad cambiaria y genera dudas sobre la capacidad de mantener la política en el tiempo.
El impacto de estos desequilibrios se refleja en los hogares y empresas. Según un Índice de Consumo de la Universidad de Palermo, el consumo privado cayó 3,2% en agosto, un mes marcado por la volatilidad cambiaria y la suba de tasas. Mientras que algunos sectores, como las ventas de autos, se mantuvieron al alza, otros, como los restaurantes tradicionales, registraron una caída interanual del 4,5%.
Los datos de Scentia muestran que las ventas de supermercados descendieron 5,1% en agosto respecto al año pasado, y los mayoristas sufrieron una baja del 8,1%.









