RECHAZO INTERNO. Familiares y allegados de rehenes israelíes reclaman, en Jerusalém, al gobierno de Netanyahu que ponga fin a la guerra,
Tel Aviv, Israel.- Las fuerzas israelíes han lanzado una gran ofensiva terrestre en Ciudad de Gaza, el principal núcleo urbano del enclave palestino, intensificando una campaña militar que ya lleva casi dos años.
El ataque coincide con un informe de una comisión de investigación de las Naciones Unidas que acusa a Israel de cometer genocidio en la Franja de Gaza, afirmación que Tel Aviv ha tildado de “sesgada y falsa”.
La operación, que siguió a una noche de intensos bombardeos, ha provocado un éxodo masivo de civiles. Según el ejército israelí, casi el 40% de la población de la ciudad ha evacuado hacia el sur.
Sin embargo, testigos como Abu Abd Zaqut relatan la desesperación en la que viven: “Sacamos a los niños en pedazos”, dijo, refiriéndose a un edificio bombardeado donde vivían mujeres y niños. La Defensa Civil gazatí reporta 44 muertos en las últimas horas.
La ofensiva cuenta con el apoyo de Estados Unidos, su principal aliado. El secretario de Estado, Marco Rubio, prometió un “apoyo inquebrantable” para erradicar a Hamas, el movimiento islamista que gobierna Gaza y que en 2023 perpetró un ataque en el sur de Israel que dejó 1.219 muertos.
El presidente Donald Trump advirtió a Hamas que usar a los rehenes como escudos humanos les acarrearía “graves problemas”.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció que se reunirá con Trump en la Casa Blanca tras su visita a la Asamblea General de la ONU.
“Se acumulan pruebas”
Un informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación (COI) de la ONU concluyó que Israel ha cometido cuatro de los cinco actos genocidas tipificados en la Convención de 1948, con el objetivo de “destruir” a los palestinos en Gaza.
El documento responsabiliza directamente a altos cargos israelíes (incluyendo a Netanyahu) por incitar y permitir estos crímenes. Para el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, “se acumulan las pruebas” de genocidio, y afirmó que “corresponde a la justicia” decidir, pidiendo el cese de la “carnicería”.
El rey de España, Felipe VI, en una declaración inusual para un monarca, denunció la “insoportable” crisis humanitaria en la Franja.
Israel rechaza categóricamente las acusaciones. El Ministerio de Exteriores calificó el informe de “distorsionado” y acusó a los investigadores de ser “aliados de Hamas” con posiciones “abiertamente antisemitas”. El gobierno israelí manifestó que ve estas acusaciones como un “libelo de sangre”, especialmente sensible en un país fundado como refugio para los judíos tras el Holocausto.
Más allá del debate político, las consecuencias humanitarias son devastadoras. Cerca de dos años de guerra han dejado más de 64.900 fallecidos en Gaza, la mayoría de ellos civiles, según el Ministerio de Salud local. Además, ha provocado el desplazamiento de gran parte de la población y una hambruna generalizada por el bloqueo de ayuda humanitaria y la destrucción de servicios esenciales.
Mientras el ejército israelí avanza, la situación en Gaza se mantiene en emergencia jurídica, según la ONU, y es urgente la acción de la comunidad internacional.
Las conclusiones del informe alimentarán la creciente condena internacional de la conducta de Israel, que también proviene de los aliados occidentales tradicionales de Israel, así como de las monarquías árabes del Golfo que normalizaron las relaciones con Israel en los Acuerdos de Abraham.
La campaña militar de Israel, que ha incluido intensos ataques aéreos y la demolición controlada de edificios e infraestructura, ha dejado gran parte de Gaza en ruinas.
La próxima semana, en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, Reino Unido, Francia, Australia, Canadá y otros países se unirán a la mayoría de los miembros de la ONU al reconocer la soberanía de un Estado palestino independiente.










