

El té de hierba de San Juan, conocido también como hipérico, es una de las infusiones más populares en el mundo gracias a sus características flores amarillas y a sus múltiples propiedades curativas. Esta planta, a la que históricamente se le atribuyeron cualidades “mágicas”, ha sido utilizada durante siglos en diferentes culturas por sus efectos medicinales.
La hierba de San Juan es una planta frondosa que crece de manera silvestre en distintas regiones templadas. Su utilización como remedio natural se remonta a la antigua Grecia, donde era recomendada para tratar diversas afecciones. Con el tiempo, su uso se expandió como tratamiento contra la ansiedad, la depresión, cortes y quemaduras, de acuerdo con la National Library of Medicine.
En la actualidad, investigaciones científicas han ampliado su potencial terapéutico. Se estudia su efecto frente a algunos tipos de cáncer, trastornos inflamatorios, infecciones bacterianas y virales, así como su papel como antioxidante y agente neuroprotector. Además, actúa contra virus envueltos en lípidos y proteínas, como los de la influenza y el herpes, consignó el diario La Nación.
La visión de los especialistas
El médico español Daniel González, experto en cuidados paliativos, cáncer, nutrición y tratamiento del dolor, explicó que la planta recibe su nombre porque florece a finales de junio, coincidiendo con la festividad de San Juan.
Respecto a su aplicación externa, recomendó dejar secar los pétalos, colocarlos en una botella con aceite de oliva y dejarlos reposar durante 40 días agitándolos periódicamente. “El resultado es una preparación natural que puede aplicarse sobre heridas para acelerar su cicatrización y reducir la inflamación”, señaló.
En cuanto a su consumo, González indicó: “Su uso principal es como un antidepresivo. También sirve para el estómago, ya que es digestivo, y viene bien cuando estamos nerviosos”.
Estudios clínicos demostraron que la hierba de San Juan puede ser tan eficaz como ciertos tratamientos convencionales para la depresión leve a moderada, con la ventaja de presentar menos efectos secundarios. Sin embargo, especialistas advierten que interactúa con numerosos medicamentos -entre ellos anticoagulantes, anticonceptivos y fármacos para el corazón-, por lo que debe ingerirse únicamente bajo supervisión médica.
El uso medicinal del hipérico tiene más de dos milenios de historia. Médicos griegos como Hipócrates, Galeno y Dioscórides la recomendaban para combatir desde trastornos menstruales hasta mordeduras de serpiente. Su aceite, obtenido al macerar flores en oliva, adquiría un tono rojizo tras semanas de reposo y estaba asociado a creencias místicas, como la capacidad de alejar malos espíritus.
Durante la Edad Media y el Renacimiento, figuras como Paracelso y Culpeper lo emplearon para tratar heridas, dolores, melancolía e insomnio. Su popularidad se extendió luego a Europa y América, donde comenzó a usarse en tés, aceites y tinturas para aliviar ansiedad, gastritis e inflamaciones, además de aplicarse sobre cortes, quemaduras leves y lesiones nerviosas.
Posibles efectos adversos
Si bien la hierba de San Juan es considerada segura en dosis adecuadas, los expertos destacan algunos efectos secundarios que pueden presentarse:
- Fotosensibilidad (mayor sensibilidad a la luz solar).
- Malestar gastrointestinal.
- Mareos o fatiga.







