ARCHIVO
En agosto, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 2% mensual, marcando prácticamente el mismo registro que en julio (1,9%). El dato es relativamente positivo porque confirma que el nivel de preciosno tuvo una aceleración significativa.
Con este resultado, la inflación acumulada en lo que va del año asciende a 19,6%, mientras que la variación interanual se ubicó en 33,7%, el nivel más bajo desde agosto de 2018. La clave para contener el avance en el nivel de precios estuvo en la estrategia monetaria del Tesoro y del Banco Central, que buscaron equilibrar la cantidad de pesos en el mercado para evitar la depreciación de la moneda. Lamentablemente, a este escenario se sumó un clima político y financiero marcado por la incertidumbre y la volatilidad, indica el reporte.
“La volatilidad cambiaria tuvo un limitado traslado a precios, en el marco de los esfuerzos del gobierno por contener la depreciación del peso y que permitieron cerrar el mes sin sobresaltos significativos. Esto se logró a costa de una política monetaria que continuó presionando a tasas reales altas, lo que tendrá un impacto negativo sobre el consumo y la actividad económica”, señala Clara Alesina, economista de la Fundación Libertad y Progreso. Al mismo tiempo, el clima político y financiero agravó el escenario: la incertidumbre y la desconfianza se mantienen en niveles elevados, en medio de un proceso electoral sin resultados claros a la vista. “Una vez superada la instancia electoral, el panorama debería ofrecer mayor previsibilidad para retomar una mayor estabilidad económica”, puntualiza.
Incertidumbre
En tanto, el economista Tomás Amerio remarca que “desde julio, mes en que se eliminaron las LEFI de manera problemática, comenzó una dinámica de incertidumbre en el mercado cambiario y financiero producto de este movimiento”. “Como respuesta, el Central delineó una hoja de ruta clara: los pesos deben absorberse en su totalidad, sea cual sea la tasa a la que se procese la operación. Ahora bien, la contrapartida de este acercamiento radica en el efecto de las altas tasas de interés sobre la actividad, que restringe el acceso al crédito”, completa el analista.
Distintas consultoras económicas difundieron en el inicio de la semana sus proyecciones sobre la inflación de agosto, a la espera de las cifras oficiales del Indec, que se conocerán recién el próximo miércoles 10 de este mes. Los analistas coinciden en que el índice de precios habría rondado el 2%, en un contexto marcado por la volatilidad del dólar y su impacto en bienes de consumo masivo, en especial los alimentos. El último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central había estimado una variación de 1,8% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) para agosto. Sin embargo, varias consultoras privadas consultadas por los medios porteños anticipan que el resultado final podría estar por encima de ese nivel. La disparidad refleja la incertidumbre sobre la dinámica inflacionaria, en un escenario económico donde las tensiones cambiarias siguen ejerciendo presión sobre los precios.
En las últimas semanas de julio, la escalada del dólar encendió alertas sobre un posible traslado a la inflación. Aunque el movimiento de la divisa no se profundizó, el tipo de cambio se consolidó por encima de los $ 1.300, un nivel sensiblemente más alto que el previo. Esa volatilidad, advierten los economistas, ya se hizo sentir en el rubro de alimentos y bebidas, además de bienes para el hogar y otros consumos básicos.








