Dos de las variables más inquietantes para la sociedad mostraron signos de estabilidad. El dólar cerró en $ 1.325 por unidad y volvió nuevamente la calma al mercado. En medio de la incertidumbre que derivó en un reajuste del 14% en el tipo de cambio durante el mes pasado, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) no percibió ese efecto cambiario y cerró tal como lo esperaban los analistas, por debajo de un 2%. El dato del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) fue el de una variación del 1,9%, motorizada por los efectos estacionales de las vacaciones de invierno, aunque registró una leve alza respecto de junio (fue del 1,6%).
Con todo ese escenario, el Índice de Incertidumbre Económica UCA es desarrollado por el Centro de Analítica Económica y Empresarial de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA) reflejó precisamente que la estabilidad que expresan los argentinos es el dato de interés teniendo en cuenta la volatilidad en el mercado cambiario durante julio. Esta percepción confirma la teoría que expresa el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo: la inflación es un fenómeno monetario.
El propio Caputo, en las redes sociales, ha expresado que la dinámica de los precios de julio no se observaba desde noviembre de 2017. El titular del Palacio de Hacienda focalizó su análisis en el IPC núcleo, donde se confirma que los precios estacionales subieron casi el doble que los regulados. Tomando en consideración la variación interanual, Caputo dice que se trata del dato más bajo desde diciembre de 2020.
¿Qué sucedió con el comportamiento del IPC durante el mes pasado?
Varios factores explican este fenómeno, según Adcap Grupo Financiero:
- Expectativas ancladas: los avances iniciales en la desinflación, respaldados por un ancla fiscal creíble, han ayudado a limitar los efectos de segunda vuelta y a moldear las expectativas de inflación.
- Mecanismos de indexación debilitados: el gobierno, hasta ahora, evitó otorgar aumentos salariales reales en las negociaciones paritarias y ha reducido las cláusulas automáticas de ajuste de precios.
- Debilidad económica: una demanda persistentemente baja y el aumento del desempleo han reducido el poder de fijación de precios de las empresas y su capacidad de trasladar mayores costos. Este traspaso moderado dio a los responsables de la política económica un margen de maniobra valioso, permitiendo una depreciación real de más del 15%. A diferencia de episodios previos, este ajuste fue gradual, preventivo y, en gran medida, desapercibido por los mercados financieros, marcando una clara diferencia respecto de las correcciones desordenadas del pasado.
Pese a este comportamiento de los precios, en el mercado se espera que el dato de agosto registre el “pass through”, es decir el pase a precios al consumidor, por efecto de aquella suba de la divisa estadounidense. Asimismo, en lo que va del mes, al menos en Tucumán, hubo cuatro variaciones en el precio de los combustibles, otro indicador sensible en materia de costos para la producción y para el consumo.









