BCRA
“Tres variables dominarán la primera quincena de agosto: dos de ellas esta semana y la tercera, la próxima. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicará el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de julio el próximo miércoles 13, con una proyección cercana al 2%. Sin embargo, lo relevante será la reacción del dólar y qué impacto tendrá el reacomodamiento cambiario en los precios”, dijo Florencia Linares, asesora financiera de la firma Amauta, al trazar una proyección sobre el mercado en este período, pasadas las turbulencias de julio.
El gobierno de Javier Milei inició la semana con una buena noticia: el desembolso de U$S2.000 millones por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), como resultado del aval al programa económico y la flexibilización de las metas oficiales. Esto permitió que las reservas del Banco Central (BCRA) treparan este lunes hasta los U$S43.000 millones, marcando así el nivel más alto desde el inicio de la gestión libertaria.
A ello, se sumó una nueva jornada con bajas en las cotizaciones del dólar, también efecto de ese aval del organismo internacional. En el mercado mayorista, el tipo de cambio oficial descendió hasta $1.360, con un volumen operado de U$S408,3 millones. El promedio del BCRA marcó $1.372,68 y en el Banco Nación (BNA) el billete cerró en $1.370.
En los mercados paralelos también se observó una moderación. El “blue” retrocedió en la city porteña $5, hasta los $1.330, mientras que el dólar MEP bajó 0,1%, a $1.356, y el contado con liquidación (CCL) cayó 0,4% a $1.366. Los contratos de dólar futuro ajustaron a la baja.
Linares consideró que, en este contexto, el mercado local avanza con cautela, pero sin detenerse. “El tipo de cambio marca el ritmo, las tasas lo siguen de cerca, y la política intenta no tropezar con sus propias promesas. El FMI observa, el agro especula y el Tesoro… paga”, describió.
El Fondo aprobó el último desembolso y flexibilizó las metas de acumulación de reservas para 2025. Pasó de un rojo de U$S 8.000 millones a U$S2.600 millones para fin de año. Además, las revisiones del programa serán semestrales y no trimestrales. A la vez, insistió en la acumulación de reservas y avanzar en un nuevo índice de precios.
El dólar oficial viene de un cierre de julio en $1.365, apenas un 6% por debajo del techo de la banda ($1.400), tras un salto mensual del 13%. “Los financieros convergieron a niveles similares, mientras que los contratos de futuros reflejaron una aceleración en las expectativas: devaluaciones implícitas de 2,4% mensual hasta octubre, con posterior estabilización en torno al 2% mensual hacia fin de año”, indicó.
“El origen de esa tensión es conocido: el agro redujo su aporte a apenas U$S40 millones diarios en la última semana. Mientras, la demanda se mantuvo firme. El BCRA intervino en el mercado de futuros y el Tesoro elevó tasas, pero el mercado, como suele hacer, leyó entre líneas: cuando la oferta no aparece, el dólar habla”, agregó.
El BCRA logró cierta estabilidad de la plaza con la suba de los encajes bancarios. Así, buscó absorber pesos de corto plazo y moderar la presión cambiaria. “La medida tuvo efecto, pese a convalidar tasas elevadas en la licitación. La tasa de caución a un día bajó 3,5 puntos, cerrando la semana en 28,1% TNA, mientras que el tramo corto de la curva a tasa fija comprimió 2,6 puntos, rindiendo 40,6% TNA”, detalló la asesora, quien señaló que el BCRA “sigue siendo un jugador relevante”, a pesar de que “ya no administra tasas directamente”.
“Con instrumentos (encajes y pases), busca absorber liquidez y sostener tasas reales positivas que den soporte al esquema cambiario y financiero. La coordinación entre el Tesoro y el BCRA sigue, pero el sistema exige precisión quirúrgica. La reciente volatilidad demuestra que aún hay tensiones estructurales no resueltas”, advirtió.
Precios: industriales advierten subas
El titular de Industriales PYME Argentinas (IPA), Daniel Rosato, advirtió que las empresas del sector se ven forzadas a trasladar a precios parte de los incrementos de costos que enfrentan, especialmente en energía e insumos importados.
“Necesito aumentar un 5% porque no me dan los números. Hemos tenido pérdidas debido al costo energético y al impacto del dólar sobre los insumos”, dijo el empresario, que dirige una planta de papel tisú, según el diario “Ámbito”.









