La directora del FMI, Kristalina Georgieva, y Javier Mieli
El gobierno de Javier Milei recibirá este lunes un nuevo desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI) por U$S2.000 millones, como parte del acuerdo alcanzado en abril. El ingreso de divisas estará acompañado por una operación de deuda interna entre el Ministerio de Economía y el Banco Central (BCRA), que permitirá mejorar las reservas netas del organismo monetario.
Según confirmaron fuentes oficiales, el mecanismo consistirá en la cancelación de una porción de Letras Intransferibles que hoy están en poder del BCRA. Se trata, en los hechos, de un movimiento interno dentro del sector público, que buscará impactar positivamente en las reservas netas en moneda extranjera, un punto sensible del programa con el FMI, consignó el sitio Infobae.
De hecho, la acumulación de reservas internacionales en manos del BCRA es una de las principales preocupaciones del organismo internacional. En su último informe, el Fondo remarcó que al momento de la primera revisión del programa, las reservas netas se encontraban en terreno negativo por U$S4.700 millones, lejos del piso acordado de U$S-1.100 millones.
Pese a ese desvío, el FMI reconoció avances desde entonces y proyecta una mejora gradual: estima que las reservas aumentarán hasta fin de julio y seguirán creciendo durante el resto del año. Para facilitar ese proceso, se reconfiguraron las metas del acuerdo, con una reducción de U$S5.000 millones en la exigencia de acumulación de reservas para 2025, consignó el diario "Ámbito".
El Fondo espera que el BCRA tenga un papel más activo en ese objetivo, incluyendo un esquema predecible de compras de divisas, como ya aplicaron países como Chile, Colombia y México. Además, la acumulación de reservas estará apuntalada por privatizaciones, ventas de activos públicos y un mayor acceso a financiamiento internacional.
El FMI estima que para fines de 2025 las reservas netas llegarán a U$S-2.600 millones (frente a los U$S-8.200 millones al inicio del programa), y que recién en 2027 podrían alcanzar niveles considerados adecuados, en torno al 100% de la métrica ARA (Assessing Reserve Adequacy), el estándar del organismo para evaluar la solidez externa de los países.







