30 Julio 2025
Los cambios en la Fórmula 1 son constantes. Todos los años parece que una nueva era se abre en cuanto a los circuitos y sus prestaciones. El de este fin de semana en Hungría es uno de los que entró en esa vorágine y presentará modificaciones modernas. Los Grandes Premios, a diferencia de un par de décadas atrás, se ven como un festival de cuatro días, por lo que los circuitos tienen que adaptarse a la demanda. De ello depende su permanencia en el calendario.
Por ello es que el de Hungaroring, entre otras modificaciones, amplió lo que era el paddock más pequeño del campeonato. Esa zona incluirá áreas VIP con capacidad para 2.000 personas, palcos privados y una terraza en la azotea. La nueva tribuna principal cubierta se llevará mucha atención porque su capacidad para 10.000 personas quedó cubierta hace meses.
La renovación de la recta principal implicó derribar por completo los boxes existentes y cambios en el asfalto. Todo orientado a modernizar las instalaciones para cumplir con los estándares de la Fórmula 1 actual que los coloque en la agenda de la categoría hasta 2032.
Como el proyecto es una de las mayores obras de construcción en Hungría, lo que se verá desde el viernes no es la versión final. Sucede que el clímax arquitectónico se producirá en 2026, en el aniversario 40 de Hungaroring. Algunas secciones, como el centro de prensa y el control de carrera, funcionarán temporalmente en otras ubicaciones hasta 2026.
Franco Colapinto conoce el escenario. “Logré varios podios en categorías promocionales y es un circuito y una ciudad que me gustan, así que tengo muchas ganas de volver a subirme al auto”, afirmó el pilarense.
Si ha Colapinto le sienta bien el trazado es porque tiene una naturaleza de “kartódromo”. Muchas curvas encadenadas que exigen precisión y consistencia, características que se adaptan a su estilo de manejo, es decir, que el talento del piloto puede marcar una mayor diferencia y ayudar al rendimiento de su Alpine.
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