¿Cómo se termina una relación amorosa? Estas son las estrategias más comunes, según la ciencia

Un estudio analizó cientos de rupturas y detectó tres formas frecuentes de cortar un vínculo. Qué método genera menos sufrimiento y cuál es el más doloroso.

¿Cómo se termina una relación amorosa? Estas son las estrategias más comunes, según la ciencia
03 Agosto 2025

Ponerle fin a una relación amorosa nunca es fácil. A veces se da con una conversación honesta; otras, con silencios que se alargan hasta volverse definitivos. Pero, más allá de las particularidades de cada vínculo, un estudio reciente reveló que existen patrones comunes en la forma de afrontar las rupturas. Y lo más llamativo: la mayoría de las personas prioriza el respeto y la empatía, incluso al decir adiós.

La investigación, realizada por un equipo de especialistas en Grecia, analizó cientos de casos de separaciones y detectó tres estrategias predominantes. Estas formas de romper, aunque distintas entre sí, comparten un objetivo: reducir el sufrimiento emocional tanto propio como del otro.

1. Conversación con cuidado: la opción más elegida

Esta es la forma más frecuente de terminar una relación. Implica hablar cara a cara, con sinceridad, pero también con respeto y contención. Quienes eligen esta estrategia no buscan culpables ni dramatismos, sino que asumen la responsabilidad de comunicar el cierre del vínculo de manera clara y madura.

El objetivo es que ambas personas puedan comprender los motivos de la ruptura y avanzar sin resentimientos. Es una manera de honrar lo vivido sin herir innecesariamente.

2. Pactar una distancia: el “tiempo” como transición

Otra estrategia habitual es proponer un tiempo separados. Esta decisión funciona como un impasse: permite procesar el quiebre de forma gradual y, en algunos casos, abre la posibilidad de una reconciliación.

Aunque muchas veces este “tiempo” es la antesala de una ruptura definitiva, también puede ofrecer claridad emocional y ayudar a ambos a entender qué quieren realmente.

3. El corte silencioso: desaparecer sin explicaciones

La tercera modalidad más utilizada, aunque la más dolorosa, es el distanciamiento sin palabras. Quien recurre a esta estrategia deja de contestar mensajes, cancela encuentros y se aleja poco a poco hasta desaparecer de la vida del otro.

Si bien puede parecer una forma de evitar el conflicto, suele provocar más angustia en la persona que queda sin respuestas. La falta de cierre claro genera incertidumbre, confusión y un duelo más prolongado.

Más allá de las formas, el estudio remarca que la mayoría de las personas busca minimizar el sufrimiento y cerrar los vínculos de forma respetuosa. Terminar una relación no significa borrar lo vivido, sino dar un cierre con dignidad y cuidado mutuo.

En una época donde los vínculos evolucionan constantemente, comprender cómo manejamos las despedidas también dice mucho sobre cómo nos vinculamos… y cómo seguimos adelante.

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