ATENCIÓN. Los heridos en el bombardeo israelí a la parroquia de la Sagrada fueron hospitalizados en Gaza.
LONDRES, Reino Unido.- Israel pierde apoyos en la comunidad internacional en su guerra contra Gaza, que argumenta como cruzada contra Hamas y para recuperar los rehenes que tomó el grupo terrorista hace 22 meses.
La semana arrancó con el pedido de 25 países, entre ellos Reino Unido, España, Italia, Portugal, Canadá y Francia para poner fin “inmediatamente” a la guerra en la Franja de Gaza. La declaración conjunta fue publicada ayer.
Ya el domingo, el Papa León XIV denunció “el ataque del ejército israelí” a la única iglesia católica de Gaza y habló de detener “la barbarie” y el “uso ciego de la fuerza”, marcando así un giro tras más de dos años de constantes llamados a la paz.
La denuncia directa de la responsabilidad israelí en la destrucción de la parroquia de la Sagrada Familia, que dejó tres muertos y varios heridos -entre ellos, el párroco argentino Gabriel Romanelli- marca un contraste con la tradicional reserva diplomática de la sede católica.
El ataque provocó fuerte indignación de la comunidad internacional y conmoción entre líderes de distintas confesiones.
Más allá de la “toma de conciencia” sobre lo que ocurre en Gaza, para los cristianos se suma el hecho de que esto sucede en una tierra santa”, analiza François Mabille, director del Observatorio Geopolítico de lo Religioso, observando “un cambio de la opinión católica en general”.
Según Mabille la evolución en la posición de la Santa Sede se asienta en “respuestas más coordinadas y organizadas” entre los niveles, del local al internacional.
Además, destaca que León XIV usa un lenguaje basado en categorías jurídicas del derecho internacional humanitario para reclamar a la comunidad internacional a “respetar el derecho humanitario y la obligación de proteger a los civiles, así como la prohibición de los castigos colectivos, del uso indiscriminado de la fuerza y del desplazamiento forzoso de las poblaciones”.
“Lista cuatro derechos fundamentales del derecho humanitario, señalándolos como violados por el gobierno de Benjamín Netanyahu”, detalla Mabille.
El primer ministro israelí, que llamó al Papa al día siguiente del ataque, afirmó lamentar “profundamente” este “disparo indirecto”, reconociendo un “error” y anunciando que Israel abrirá una investigación. Pero estas disculpas a medias no resolvieron el malestar.
El viernes, en una entrevista con la televisión pública italiana Rai 2, el cardenal Pietro Parolin, número dos del Vaticano, sugirió que este ataque podría haber sido intencional, y pidió a Israel que haga públicas las conclusiones de la investigación.
“Dicen que fue un error, aunque todos aquí creen que no lo fue”, declaró al diario “Corriere della Sera” el cardenal Pierbattista Pizzaballa. El patriarca latino de Jerusalén realizó el viernes una rara visita a Gaza para acompañar a los heridos y presidió el domingo la misa en la iglesia de la Sagrada Familia, como muestra de la determinación de las autoridades cristianas de permanecer en el lugar.
Punto de inflexión
Si bien es prematuro calificar el episodio como un punto de inflexión definitivo, se inscribe en relaciones “difíciles tanto coyuntural como estructuralmente” entre ambos Estados, insiste Mabille.
El Vaticano, que reconoce desde 2015 al Estado de Palestina, apoya la solución de dos Estados y aboga por un estatuto internacional especial para Jerusalén, con acceso libre y seguro a los lugares sagrados.
La relación bilateral con Israel se deterioró desde el 7 de octubre de 2023, con pronunciamientos del papa Francisco que criticó “la arrogancia del invasor en Palestina”, mencionado acusaciones de “genocidio” en Gaza.
Estos intercambios diplomáticos también se producen en un momento en que se multiplican las críticas contra los ataques de colonos israelíes en Taybeh, pequeño pueblo cristiano en el centro de la Cisjordania ocupada, donde una iglesia fue incendiada a comienzos de julio.
Ayer, se sumaron voces de 25 países para exigir el “fin inmediato” de los ataques. “Nosotros (...) nos reunimos para enviar un mensaje simple y urgente: la guerra en Gaza debe cesar inmediatamente”, escriben los ministros de Relaciones Exteriores de estos países, para quienes “el sufrimiento de los civiles en Gaza ha alcanzado nuevos niveles”.
“El modelo de distribución de ayuda establecido por el gobierno israelí es peligroso, alimenta la inestabilidad y priva a los gazatíes de su dignidad humana”, continúan los firmantes, en referencia a la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos e Israel.
La GHF comenzó sus operaciones a finales de mayo, tras un bloqueo humanitario total de más de dos meses impuesto por Israel. “Es aterrador que más de 800 palestinos hayan sido asesinados mientras intentaban obtener ayuda”, escriben también los ministros.
El martes la ONU informó haber contabilizado 875 personas muertas al intentar conseguir alimentos desde finales de mayo, de las cuales 674 murieron “cerca de los sitios de la GHF”.
“El rechazo del gobierno israelí a proporcionar asistencia humanitaria esencial a la población civil es inaceptable”, denuncian.
Los firmantes también exigen la liberación de los rehenes “cruelmente detenidos” por Hamas.
Asimismo expresan su firme oposición a cualquier iniciativa destinada a modificar el territorio o la demografía en los territorios palestinos ocupados, y piden el fin de la colonización en dichos territorios.
Los países firmantes son: Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Islandia, Irlanda, Italia, Japón, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal, Suecia, Suiza y Reino Unido. La declaración también fue firmada por la comisaria europea de Igualdad, Hadja Lahbib.









