Por qué una cirugía cerebral se presenta como una posible cura para la depresión

Un procedimiento experimental en Colombia con estimulación cerebral profunda despierta esperanza en pacientes con trastornos severos de salud mental.

¿CIRUGÍA PARA LA DEPRESIÓN? Una experiencia en Colombia abre el paso a la práctica quirúrgica para el tratamiento de trastornos de la salud mental. / UNSPLASH ¿CIRUGÍA PARA LA DEPRESIÓN? Una experiencia en Colombia abre el paso a la práctica quirúrgica para el tratamiento de trastornos de la salud mental. / UNSPLASH
22 Julio 2025

Una cirugía realizada en Colombia está conmoviendo al paradigma de los tratamientos para las patologías de la salud mental. Lorena Rodríguez Moreno, una mujer que había probado todas las terapias sin éxito, recibió un implante cerebral como último recurso frente a una depresión resistente. El procedimiento de Rodríguez Moreno duró seis horas y se realizó con la paciente despierta para ajustar la estimulación en tiempo real. A los tres meses, la joven reportó mejoras: volvió a disfrutar de actividades simples como pasear o arreglarse para salir.

El procedimiento experimental practicado por especialistas del Hospital Internacional de Colombia (HIC) despertó un intenso debate entre quienes ven en la neurociencia una salida innovadora y quienes advierten que estos métodos aún están en fase exploratoria.

La depresión en cifras y realidades

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que más de 280 millones de personas en el mundo sufren depresión, una cifra que creció el 18% en la última década. Este trastorno afecta el ánimo, la motivación y el bienestar general, y puede derivar en complicaciones severas, como pensamientos suicidas.

La depresión clínica no es una debilidad ni algo pasajero. Según Mayo Clinic, se manifiesta con una tristeza profunda y una pérdida de interés en las actividades cotidianas, afectando el sueño, la concentración y las relaciones sociales.

Aunque muchos pacientes logran una recuperación con psicoterapia y medicación, existe un grupo reducido que no responde a ninguna estrategia convencional. Es en estos casos cuando se prueban tratamientos extremos, como la estimulación cerebral profunda.

El caso colombiano se convirtió en un símbolo de esperanza. Rodríguez Moreno, tras más de una década de terapias sin éxito, se sometió a una cirugía en la que le implantaron electrodos en áreas específicas del cerebro, conectados a un generador eléctrico colocado en el pecho.

¿Cómo funciona la estimulación cerebral profunda?

Esta técnica ya se utiliza en enfermedades como el Parkinson, pero su uso para la depresión está en investigación. Según especialistas, los impulsos eléctricos buscan equilibrar las redes neuronales alteradas que se vinculan con el estado de ánimo.

Los expertos señalan que esta intervención carece aún de la validación debida. En publicaciones de prensa, el neurólogo argentino Matías Baldoncini subrayó que la técnica “no cuenta con aprobación general de organismos como la FDA de los Estados Unidos y aún está en fase de ensayos clínicos”. Otros profesionales, como el psiquiatra Juan Eduardo Tesone, advierten: “la depresión es un fenómeno complejo, con causas biológicas, sociales y emocionales. Operar el cerebro no es una solución definitiva y podría ser riesgosa para otras funciones cerebrales”.

Claves para enfrentar la depresión

Más allá de los avances médicos, la comunidad científica insiste en que la prevención y el diagnóstico temprano siguen siendo fundamentales. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) enumera señales de alerta como fatiga extrema, cambios en el sueño o pensamientos negativos.

Romper el estigma es otro paso esencial. El psiquiatra Marcelo Cetkovich, del Instituto Ineco, sostiene que muchas personas no buscan ayuda por miedo a ser juzgadas, lo que agrava la situación y retrasa la recuperación.

A nivel global, se recomiendan seis estrategias para mejorar el bienestar emocional: consultar ante los primeros síntomas; crear una red de apoyo; realizar actividad física; personalizar los tratamientos; sumar terapia cognitiva y practicar meditación con objetivos terapéuticos.

Estudios de universidades como Harvard y Oxford confirman que la combinación de psicoterapia con meditación guiada puede reducir el riesgo de recaídas y mejorar la calidad de vida de quienes padecen depresión recurrente.

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