Milei y las “viudas negras” de un gobierno que vive pegándose tiros en el pie

Por Hugo E.Grimaldi.

Milei y las “viudas negras” de un gobierno que vive pegándose tiros en el pie
19 Julio 2025

Un poco de mala praxis, otro de desgaste y una pizca de falta de sentido común, mezclado con mucho de soberbia, han sido parte de los elementos de la receta amarga que se ha preparado por estos días el gobierno nacional para consumo propio. Da la impresión que el gobierno nacional tiene adentro sus propias “viudas negras”. El Presidente, su hermana Karina y Santiago Caputo miembros de un triángulo que hoy ya no parece tan de hierro, la bonhomía de Guillermo Francos para tratar de arreglar el lío con los gobernadores y el tándem Luis Caputo y Santiago Bausili, entre otros, tuvieron el mal tino de probar el brebaje y aún no han logrado salir del todo del fuerte mareo que les produjo.

Hubo varias situaciones más en la última semana, pero bien vale desmenuzar algunos de los problemas de estos días por el correlato electoral que puedan tener. El número uno sin dudas, han sido las fuertes peleas entre el poder central y los mandatarios de las provincias, por otra parte una constante en la historia política de la Argentina desde sus orígenes que se manifiestan tanto en el uso de herramientas institucionales, tal la intervención federal prevista en la Constitución Nacional, como en la crudeza del lenguaje que se pueden llegar a cruzar los protagonistas.

Javier Milei es un abanderado en esto de ir al frente con la lanza en ristre y cargado de insultos y descalificaciones, correctivo que les viene aplicando por estos días a gobernadores. Hubo en este último tiempo varios agraviados en el plantel de los 24 porque el Presidente no ahorra en intensidad y dispara sin medir el calibre de lo que dice y a quién alude.

En el terreno de las ofensas, una de sus víctimas más visibles fue el santafesino Maximiliano Pullaro, quien hizo instalar carteles rojos en el kilómetro 0 de las Rutas Nacionales que dicen “aquí empieza la Ruta tal, mantenida por el Estado Nacional”. La venganza política del gobernador llega cuando los conductores tienen que transitar por una calzada deplorable, rota, sin banquinas, ni demarcación. “Es para que no le echen la culpa a la provincia” justifica, mientras el Presidente lo siente como una apretada indignante no hacia él sino hacia el modelo que propugna y, por eso, le dispara con munición gruesa.

Los jefes del interior tardaron un año y medio en hacerse valer, pero ahora no sólo lograron ponerse de acuerdo kirchneristas, peronistas más clásicos, radicales, amarillos del PRO o de fuerzas provinciales por una común necesidad, sino que además le hicieron todos juntos al Gobierno un par de goles legislativos, protagonismo que lo tiene al Presidente con la sangre en el ojo. Era quizás ésta la última oportunidad que tenían para hacerse notar antes del recambio legislativo y la han aprovechado, aunque miran para adelante: “No hay tiempo ahora, pero quizás los gobernadores podríamos armar un polo político para 2027”, se entusiasmaron en el Consejo Federal de Inversiones donde suelen reunirse. Hoy, la idea es que la Nación vaya al pie para negociar con ellos, algo con lo que Milei tampoco comulga, ya que los acusó sin más de querer “destruir” su Administración.

Lo notable es que, por su personalidad belicosa, el mismo Presidente es quien ayuda a poner la dinamita, no dialoga porque quiere imponer y recién luego, dicen que reflexiona. Le han recordado sus más cercanos colaboradores a Milei, con preferencia Caputo “chico” y Francos, que con suerte en diciembre LLA va a tener 80/85 diputados y muchas menos de las 25 bancas que se necesitan en el Senado como número para bloquear los dos tercios que puedan comprometer al Gobierno. Es decir que a futuro va a necesitar de la oposición y de los jefes provinciales, por lo que ha tenido a hocicar y ver cómo salir del atolladero para evitar que la repartición discrecional de ATN pase a ser automática como buscan los gobernadores. ¿Cuánto le va a durar?, eso es otra cuestión.

El Jefe de Gabinete ha tratado de empezar a reunir voluntades, pero lo cierto es que los gobernadores por ahora le son esquivos y casi todos viven desairándolo. Se estima que los diputados, que dejarán pasar las vacaciones de invierno, luego irán por los fondos. “No estamos en una guerra. Estamos en una situación difícil ahora, debido a las elecciones porque nuestra premisa en no gastar y ellos piensan solamente en eso”, aventuró el ministro coordinador. “Es cierto que no tengo muchos elementos, pero conversaremos y trataremos que estas leyes por este período no rijan. Después, veremos”, se sinceró tendiendo puentes.

Para el posicionamiento en la interna del Gobierno y sin mucha modestia, Francos también marcó la cancha: “el Presidente es un tipo inteligente que me buscó a mí para decir ésta es la persona que va a negociar”. Más claro imposible: ni Karina ni “Santi” Caputo. La relación entre el dúo ha sido otro de los temas sensibles de la semana porque hubo situaciones dentro del Gobierno en los que han quedado aludidos, más allá de aquello que los tiene claramente enfrentados, como la cuestión del armado de listas. En ese punto, el Presidente laudó a favor de su hermana y no se debería hablar mucho más, pero ocurre que han sucedido cosas, como la aparición de situaciones complicadas y denuncias que huelen a injerencia cruzada de ambas partes.

Sobre el episodio del avión negro en Aeroparque y de las valijas que pasaron como por un tubo en la Aduana alguien hizo trascender que Leonardo Scatturice, dueño de la aeronave, es conocido de Caputo y que es quien recomendó a Andrés Vázquez para que se haga cargo de la DGI. Otra voz de la interna parece ser quien fue el que filtró a la prensa el contrato que firmaron los hermanos de Martín Menem para darle seguridad a la Casa Central del Banco de la Nación, situación que tiene al protegido de Karina contra las cuerdas. Habría sido una vendetta, dicen, porque se mandó al frente a Santiago Castro Videla, jefe de los abogados del Estado impulsado también por el asesor, debido a las filtraciones internas en el caso YPF. Y el fuego cruzado sigue, para desgaste del Gobierno todo.

Por último, desde lo estrictamente técnico se vivió un episodio financiero que tiene sus bemoles porque involucra el corazón del programa económico, como es el precio del dólar y su manejo como ancla inflacionaria, en un procedimiento en el que se juega mucha plata y que en general tiene a todo el mundo pendiente en relación a si hay circulando información privilegiada que aprovecha alguien o si se usan esos mecanismos para generar dinero para la política. Dimes y diretes del mercado.

Según aseguran las Asociaciones de Bancos, ellos le avisaron al Banco Central que el procedimiento para retirar las LEFI de sus activos tenía errores de diseño, sobre todo en los tiempos en que se planeaba ejecutar, lo que iba a provocar problemas. Efectivamente, las autoridades quisieron corregir la situación, pero lo hicieron tarde y el Tesoro tuvo que salir a pagar hasta casi 48% anual para absorber parte de los 16 billones de pesos que tenían en cartera las entidades. El BCRA hizo también lo suyo en materia de tasas y subió a 36% anual los pases por un día, mientras que vendió dólares a futuro, cobertura de quienes se quedaron con la zanahoria de la súper-tasa asegurando su salida posterior.  

El dólar-contado estuvo viboreando toda la semana en casi $1.300 en sus diversas variantes y opacó bastante la buena noticia del 1,6% de inflación de junio. Las desprolijidades del caso le pegan fuerte al dúo Caputo ministro y Bausili no sólo por los costos, sino porque han quedado expuestos ante el Fondo Monetario y los mercados internacionales que han han observado seguramente el panorama con cierta preocupación. Como dicen los manuales, Caputo le echó la culpa a terceros, en esta ocasión al temor de los bancos que no querían depositar a más de un día, aunque para la interna de frente al Presidente, ambos actuaron como dirigistas al ultranza, algo que Milei a otros no le tolera. Lo concreto es que para el desgaste del Gobierno, este episodio otro pelotazo en contra.

Nunca se deben sacar conclusiones sobre los procesos ni mucho menos  hacerlo con la mirada puesta únicamente en el día a día, pero han sido tan coincidentes los hechos de la semana con la desorientación de los protagonistas mareados por la pócima que ingirieron, casi como la de un barrilete que pierde la cola, que no sólo hay que ponerlos en fila sino que habrá que prestarle mucha atención a las formas de contención de cada uno de los derrapes y de los que vendrán, ya que cuando entran las balas hay que cambiar las corazas y frenar las guerras.  

En política siempre hay tiempo de revancha cuando se recupera la racionalidad política o la lógica económico-financiera, pero esta vez todas estas cuestiones han quedado tan a cielo abierto que es probable que le hayan generado al Gobierno algunos daños adicionales ante parte de la opinión pública. Y a tres meses de las elecciones, aunque haya sido todo autoinflingido, tanta desorientación en conjunto no deja de ser un incordio para el oficialismo.

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