ASOMBRO. En el CIIDEPT los niños interactúan con robots educativos, aprenden programación, reciclaje y energías renovables mientras juegan. La Gaceta / fotos de Analía Jaramillo
Los robots no descansan en vacaciones. Mientras muchas familias se preguntan cómo entretener a los chicos durante estos días, en avenida José Ingenieros 260 hay una respuesta distinta: programar, experimentar, descubrir. Desde el lunes y hasta el viernes, de 9 a 12, el Centro De Innovación, Investigación Y Desarrollo Educativo, Productivo Y Tecnológico (Ciidept) ofrece una muestra de robótica gratuita para niñas, niños y adolescentes de 5 a 18 años.
La propuesta, impulsada por el Ministerio de Educación de Tucumán, reúne tecnología, educación ambiental y vocaciones científicas, en un espacio tan lúdico como inspirador.
Una tía y sus sobrinos
Lourdes es docente de nivel inicial y llegó con sus tres sobrinos, Agustín, de 8 años, Trinidad de 11 y Sofía de 13. “Me enteré por un grupo de WhatsApp del ministerio. Justo los chicos estaban en casa pasando unos días y no lo dudé. La idea es sacarlos un poco de las pantallas, pero también aprovechar lo que les gusta: la tecnología”, cuenta a LA GACETA. En una de las mesas de la muestra, los tres se fascinan con el Capibot, un simpático robot hecho con materiales reciclados. “Está entretenido, me gusta todo esto”, dice Agustín. “Yo voy a la escuela República del Uruguay y siempre me llaman la atención estas cosas”. Sofía, que estudia en la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia, destaca: “Está buenísimo que se eduque desde el reciclaje”. Trinidad agrega: “Me gustaron mucho los robots con forma de animales, no pensé que los podíamos manejar”.
Alarma robótica
A sus siete años, Valentino ya está construyendo una alarma para su casa con latas y sueña con su propio robot. “Me gustan los robots que se manejan con la tablet y tienen pinzas. Me gustaría hacer uno para que me ayude en casa”, dice entusiasmado. Laura, su mamá, lo acompaña en todo. “Él hace cursos de robótica y para el día del niño me pidió una impresora 3D. Me sorprende, tiene intereses distintos. Hay que adaptarse a sus búsquedas, son sanas, creativas y diferentes ”, reflexiona.
Aprender haciendo
Luciana es docente de Química en zona rural y vino con sus hijos Mailén, de 14 años y Josué de 8. “Me enteré por la página del Facebook de Ciidept. Acá hay integración de áreas, no es sólo tecnología, es transversal”, explica.
Mailén observa la impresora 3D en funcionamiento: “En mi escuela vemos robótica, pero acá lo tocás, lo ves crear”. Josué tiene claro su objetivo: “De grande quiero tener un robot que me ayude a lavar los platos y acomodar los juguetes”.
Robotina
María de los Ángeles Le Aplace forma parte del laboratorio pedagógico del Ciidept. “Robotina trabaja con órdenes básicas. Está pensada para enseñar secuencias de reciclaje”, explica. Todo el equipamiento fue entregado a las escuelas públicas por el gobierno provincial. “Queremos que los chicos entiendan programación desde el juego y con un fin social: el cuidado del planeta”, remarca.
Ingenio: robots verdes, tucanes y armadillos
Tienen cuerpos hechos con tapas, filamentos de lavandina, tarjetas en desuso y un lenguaje que se aprende en bloques. No están en un videojuego ni en una película, sino en el Ciidept. “Tuerquita” es el robot más grande y el que más llama la atención: fue diseñado para el desfile del 9 de Julio y puede mover los brazos y avanzar, convirtiéndose en la estrella de la muestra. Pero hay más. “El Explorador” fue el primero en la línea de robots reciclados con fines pedagógicos, y le siguieron el “Tucán”, con piezas de colores y formas que ayudan a identificar movimientos y el simpático “Capibot” -orientado a los más pequeños-. El más reciente aún no tiene nombre, pero simula un armadillo y funciona con tarjetas ciudadanas recicladas, cada una con un código único. “La idea es reutilizar materiales y que cada robot tenga una función educativa concreta”, explica Sofía Ibáñez, programadora y tallerista. Algunos robots enseñan a programar movimientos simples, otros trabajan con sensores que permiten medir humedad, PH o energía solar. La propuesta, desarrollada íntegramente por el equipo técnico del Ciidept, apunta a integrar robótica, ciencia y conciencia ecológica desde el aula.
Energías: impresoras y un girasol robótico
La robótica y la ciencia enseñan a transformar luz, viento y agua en movimiento. En una de las mesas más concurridas del Ciidept, los chicos aprenden conceptos clave de física y tecnología a través del juego y la experimentación. Allí, los talleristas enseñan a usar testers, medir pilas, construir pequeños circuitos eléctricos y reconocer la importancia del buen uso de la energía. Las actividades incluyen armar sistemas que simulan el funcionamiento de fuentes renovables como la solar, la eólica y la hidráulica.
“Con los más grandes llegamos a armar un robot básico y trabajamos con microcontroladores”, explica Sofía, encargada del taller. También les enseñan a diseñar objetos en programas de modelado 3D y luego imprimirlos con filamentos en impresoras controladas desde computadoras.
ACCIÓN. Robots diseñados para aprender son una gran atracción.
Uno de los modelos más llamativos es un girasol robótico que sigue la luz del sol. “Les mostramos cómo se transforma la energía solar en movimiento. Ver que algo que imaginaron se convierte en algo real es lo que más los emociona”, cuenta Sofía. Esa emoción se convierte en aprendizaje y vocación.
Agenda: la muestra continúa hasta el viernes
En vacaciones de invierno, el Ciidept abre sus puertas al público general con una propuesta pensada para fomentar la curiosidad y el aprendizaje. La propuesta continuará abierta hasta el viernes 18, de 9 a 12, en la sede ubicada en avenida José Ingenieros 260, con entrada libre y gratuita.
La idea forma parte del trabajo que este organismo dependiente del Ministerio de Educación de Tucumán desarrolla con el objetivo de acercar la ciencia, la tecnología y la innovación a las escuelas y a la comunidad. Durante todo el año, el Ciidept diseña y dicta talleres interdisciplinarios destinados a alumnos y docentes con énfasis en la formación en pensamiento computacional, programación, robótica, energías renovables y medio ambiente.








