Una escena digna de una película futurista se vivió esta semana en San Miguel de Tucumán. Dos robots visitaron la capital, pasearon entre los vecinos, sorprendieron a los transeúntes y hasta se reunieron con la intendenta Rossana Chahla, quien no dudó en bromear con la situación: “Vamos a tener que cambiar todos los funcionarios por robots, chicos. Vamos a renegar menos”, dijo entre risas al recibir a los androides en la sede municipal.
El inusual episodio fue registrado en un video que rápidamente se volvió viral en redes sociales. En las imágenes se ve a Chahla recorriendo la Municipalidad en compañía de los robots, saludando a los presentes y mostrándoles a los funcionarios el peculiar dúo. “Está divino”, comentó en referencia a uno de los androides, claramente divertida por la visita.
Los protagonistas del día fueron Amancio, un robot bípedo con forma humanoide y de baja estatura, y Chicho, un cuadrúpedo que recordaba a una mascota y que interactuaba con el público levantando sus patas o deteniéndose como si jugara.
Durante el recorrido, Amancio sufrió un desperfecto técnico y se apagó. Lejos de preocuparse, la intendenta redobló el tono humorístico: “Se desmayó. Vamos a hacerle reanimación cardiopulmonar”, dijo mientras el equipo técnico intentaba reiniciarlo.
En uno de los despachos, incluso se animó a simular una jornada laboral con el robot humanoide. Lo sentó en una silla y le dijo: “Acá tenemos la agenda, vamos a tener que hacer esto”, en tono de juego con los funcionarios que la acompañaban.
Ya hacia el final de la jornada, Chahla bromeó nuevamente con la posibilidad de que la tecnología reemplace a su equipo: “Todos mis funcionarios tienen miedo de que los cambie”, dijo entre risas.
Tecnología en la calle
La visita de los androides no se limitó al ámbito institucional. La gente también pudo interactuar con ellos en la peatonal Mendoza al 600, en pleno centro de la capital tucumana. Allí, jubilados, estudiantes, niños y vendedores ambulantes se cruzaron con Chicho y Amancio, en una demostración pública organizada por la empresa argentina Big Dipper, especializada en la importación y adaptación de tecnología robótica de origen chino.
Los robots están equipados con sensores de profundidad, cámaras de alta definición, sistemas de reconocimiento humano y funciones de patrullaje autónomo. Su presentación generó sorpresa y fascinación, especialmente entre los más chicos, que no dudaron en sacarse fotos y seguir los movimientos de Chicho, que avanzaba como si se tratara de un animal entrenado.