Experiencia Innovación Sostenible: "El mayor desafío para innovar de forma sustentable tiene que ver con una falta de formación"
El ingeniero Ramiro Casóliba, subgerente regional del NOA y del NEA en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), participará en una mesa panel durante el encuentro. Cómo hacer para asistir.
ESPECIALISTA. Ramiro Casóliba (centro), subgerente del INTI, disertará en Tucumán el 26 de junio.
En un mundo que exige cambios constantes, hablar de innovación sin tener en cuenta la sustentabilidad sería como avanzar sin brújula. O como pegarse un tiro en el dedo del pie. A la larga, si no pensamos en el impacto que nuestra actividad genera en el medio ambiente, esta terminará afectando la forma en que vivimos como sociedad. Por eso, la sostenibilidad ya no es una opción, sino una obligación.
El panorama es ese, según el ingeniero Ramiro Casóliba, subgerente regional del NOA y del NEA en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). El profesional participará en una mesa panel durante el encuentro “Experiencia Innovación Sostenible”, impulsado por LA GACETA, que se desarrollará el 26 de junio desde las 8.30 en el Hotel Hilton Garden Inn.
Casóliba, que es Ingeniero en Alimentos con amplia experiencia en el desarrollo tecnológico y productivo del Norte Grande, expondrá casos concretos que demuestran que sí es posible innovar y hacerlo de forma sustentable.
“Desde la institución que represento, el INTI, hemos ido llevando adelante proyectos de innovación sostenible en diferentes partes del territorio. En el NOA y en Tucumán tenemos proyectos de biogás que incluyen de aprovechamiento de residuos, tanto de tambo como de cerdo, para la transformación en biogás, y también residuos de la poda transformados en biomasa para la generación de energía”, detalló. Este último específicamente funciona en nuestra provincia, y para llevarlo adelante cuentan con laboratorio y un grupo técnico que es referente a nivel nacional.
“También tenemos ejemplos en Córdoba, donde se genera energía eléctrica a partir de las cáscaras de maní. Y ya hay un pueblo entero que vive de eso”, destacó. Luego, habló de emprendimientos de economía circular relacionados a la minería, donde se reutilizan residuos de aluminio, vidrio, cartón y orgánicos.
- La palabra “innovación” ha ganado mucho terreno, ¿es posible hoy sin una mirada ambiental y social?
- La palabra innovación está muy bien definida hoy: es generar algo nuevo, sea un bien o un servicio, y que genere un valor económico. Tiene que ver con un nuevo proceso, un nuevo producto o un nuevo servicio en el mercado. Ahora, si eso va en contra del medio ambiente, nos estamos metiendo un tiro en el dedo del pie. Y hablar de sustentabilidad también incluye pensar en cómo impacta ese nuevo producto en la sociedad, no solo en el ambiente, y obviamente si se puede sustentar en el tiempo en lo económico. O sea que hoy sí pesan esas cosas. Los productos están pensados en su ciclo de vida completo, desde su concepción hasta su disposición final, y si se puede reutilizar o reordenar o extender su uso en el medio para no generar un nuevo producto. Es lo que nos lleva a la economía circular.
- ¿Es una obligación o una tendencia?
- No es una obligación por ley. Es una tendencia mundial que viene llevada adelante básicamente porque el medioambiente está colapsado. Lo que tenemos a nivel mundial son los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas que plantean estos temas, que los emprendimientos tengan sustentabilidad y que se acompañen el cuidar el ambiente. Hoy tenemos muchos alertas: el clima, por ejemplo, cómo cambia y nos desorienta. También lo plantea El Papa Francisco en el “Laudato Si”: cuidar nuestro hogar común.
- ¿Cuáles son los desafíos que enfrentran para innovar de forma sustentable?
- El mayor desafío hoy para poder innovar de forma sustentable tiene que ver con una falta de formación en el personal. Ahora sí se encuentran opciones de formación en maestría y en diferentes posgrados relacionados a la gestión del medio ambiente. Pero hay que invertir. O sea, las empresas tienen que tener el convencimiento de que si van a salir con un nuevo producto, con un nuevo proceso, tiene que ser con estas variables que no afecten al medio ambiente, que sea económicamente rentable y que el impacto en la sociedad sea positivo. O por lo menos que genere un impacto mínimo negativo. Pensando que tal vez tenga que invertir o perder un poco de ganancias. Y es difícil, un gran desafío, porque cuando uno se piensa en el negocio integral, las empresas están hechas para ganar dinero, no están pensando en perder dinero.
- Y en este proceso, ¿qué tipo de apoyo consideras que es clave para las empresas?
- El asesoramiento tecnológico y técnico que puedan brindar las universidades, los institutos tecnológicos como el INTA, el INTI, en esta mirada es fundamental. Creo las empresas tienen que mirarlos como aliados y no como prestadores de servicio nada más. Y otra cuestión que hay que tener en cuenta es que la sociedad, en general, los consumidores, tienen una mirada diferente. Los niños, que son los consumidores de dentro de pocos años, ya piensan distinto. Entonces, hay que estar preparándose o armando los escenarios empresariales para esos momentos.
- ¿Qué cosas serán fundamentales cuando esta generación de niños empiece a tomar decisiones?
- Tener productos más limpios y procesos que no afecten tanto el medio ambiente. Todos los focos están puestos en eso, en tratar de minimizar los daños, minimizar los costos y hacer un emprendimiento cada vez más eficiente en el uso de la energía, de agua y de combustibles. Hay todo un movimiento de valorizar los vehículos eléctricos, en tratar de descarbonizar con el objetivo de cuidar un poco más el planeta.
- Y en ese sentido, ¿cómo ves a Argentina y particularmente a Tucumán de cara a ese futuro que no es tan lejano?
- Uno que normalmente está en contacto con las empresas, nota que ya no se deja de lado el medio ambiente. Hay actividades, hay inversiones en pos de tratar de hacer reutilización y la generación de nuevos productos a partir de lo que antes era desecho. Hoy ya se mira el desecho como con la posibilidad de generar un coproducto. Eso es muy importante. Y también los mercados. Nosotros, en el caso de Tucumán, que exporta mucha de su producción agroindustrial, los consumidores de otros países ya piden la implementación de normas que permitan certificar que el producto no contamina o que tiene un mínimo efecto sobre el medio ambiente. Entonces, yo creo que hay una inversión en ese sentido, siempre obviamente respetando que el negocio sea rentable, porque de ahí depende de las familias que trabajan ahí y que la continuidad de la empresa.
- ¿Suelen haber tensiones cuando se pone sobre la mesa el tema rentabilidad y sustentabilidad?
- Depende del tamaño y del objeto de la empresa. El empresario siempre quiere cumplir todo. A veces los números no dan y hay que agudizar el ingenio, y por eso lo importante es buscar las alianzas estratégicas para poder cumplir normativas y procesos, y sobre todo apostar a la modernización de esos procesos de producción de servicios o bienes. A veces hay que ir dejando de usar algunas cosas e ir cambiando por otras, y eso genera tiempo y dinero de inversión. Entonces, en contextos económicos cambiantes o desafiantes, también genera un doble desafío y obliga a ser cretativos. Yo observo que siempre hay intenciones de los empresarios en avanzar en estas cosas, pero obviamente, cuesta. Todos los cambios llevan tiempo y llevan un proceso de decisión y de inversión.
Cómo hacer para participar
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