Un reloj Casio, la pista clave para identificar al cuerpo hallado en la casa donde vivió Gustavo Cerati

Un reloj Casio, la pista clave para identificar al cuerpo hallado en la casa donde vivió Gustavo Cerati

A la espera del análisis de ADN, los peritos forenses evalúan ese objeto.

A finales de mayo encontraron huesos humanos en la casa donde vivió Gustavo Cerati
16 Junio 2025

A un mes y medio del hallazgo de restos humanos en una obra en construcción sobre la avenida Congreso al 3700, en la Ciudad de Buenos Aires, los investigadores se apoyan ahora en una pista inesperada: un reloj calculadora digital Casio modelo CA 90, muy popular en los años ‘80. La víctima fue enterrada con ese objeto, que podría ser clave para acotar el período de su muerte y así avanzar en la identificación.

El hallazgo ocurrió el pasado 20 de mayo, cuando un grupo de obreros descubrió una fosa pequeña -de apenas 1,20 metro de largo por 60 centímetros de ancho- mientras excavaban junto a una vieja casona que, entre 2002 y 2003, fue alquilada por el músico Gustavo Cerati. Sin embargo, con el correr de los días se confirmó que los restos no fueron hallados en el terreno que ocupó esa vivienda (Congreso 3748), sino del lado lindero (Congreso 3742), justo en la medianera.

Según confirmó el fiscal Martín López Perrando, titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº61, los restos pertenecen a un varón de entre 20 y 22 años, con una contextura física desarrollada. A la espera del análisis de ADN, los peritos forenses evalúan el reloj encontrado como un posible indicio cronológico: el Casio CA 90 comenzó a venderse en 1981 y tenía un diseño robusto, además de funciones innovadoras para la época, como una pequeña calculadora y un juego de disparos con números. Con base en esto, se estima que el fallecimiento habría ocurrido entre 1980 y 1990.

“El hallazgo de ese reloj fija un periodo de tiempo mucho más acotado sobre el óbito”, detallaron fuentes del caso a Infobae. A la par, se intenta establecer la causa de muerte, ya que el cuerpo estaba en un espacio reducido y a poca profundidad, lo que sugiere que fue enterrado con apuro.

La propiedad donde se produjo el hallazgo tiene una historia tan rica como misteriosa. Según contó Marina Olmi, artista y ex dueña del inmueble donde vivió Cerati, la casona había sido adquirida en los años ‘90 al hijo de una inmigrante alemana, Olga Schuddekopf. Antes de eso, habría funcionado allí un geriátrico, y mucho tiempo atrás, una capilla religiosa. Incluso, los vecinos afirman que en el predio existió una iglesia llamada “Santa María”.

Estos datos alimentan diversas hipótesis y podrían derivar en un cambio de fuero: si los restos están vinculados a hechos históricos o religiosos anteriores a la legislación penal actual, el caso podría pasar a la Justicia Federal.

Mientras tanto, los investigadores siguen reconstruyendo el rompecabezas, con un reloj detenido en el tiempo como posible llave para resolver un misterio de décadas.

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