¿Vivimos más o menos que antes? Los datos que explican la evolución de la esperanza de vida en Argentina

La esperanza de vida global superó los 70 años. En Argentina, alcanza los 77,3, por encima del promedio mundial pero por debajo de los países más desarrollados.

PERCEPCIÓN DE LA VEJEZ. A menor edad, se percibe que la vejez llega antes./CANVA PERCEPCIÓN DE LA VEJEZ. A menor edad, se percibe que la vejez llega antes./CANVA
08 Junio 2025

Vivimos más que nunca. La expectativa de vida de la humanidad creció de manera notable en el último siglo, y Argentina no es la excepción. En 1900, una persona en el mundo vivía en promedio unos 32 años; hoy, esa cifra casi se ha duplicado: alcanza los 73 años a nivel global. ¿Qué hay detrás de esta mejora? La reducción de la mortalidad infantil es una clave importante, pero no la única.

Avances médicos, mejoras en la salud pública, acceso a agua segura y una mayor urbanización explican por qué cada vez vivimos más. Sin embargo, esta evolución no se dio en todas partes por igual. Mientras en algunos países la esperanza de vida supera los 85 años, en otros todavía no alcanza los 60.

¿Dónde está hoy Argentina?

La esperanza de vida en Argentina es de 77,3 años, ubicándose por encima del promedio mundial (73,3) y de América Latina y el Caribe (75,6), pero por debajo del promedio de los países de altos ingresos (80,1). A nivel global, ocupa el puesto 79 entre 217 países y territorios. En nuestra región, está en el puesto 14 de 42, detrás de Chile, Costa Rica y Uruguay, pero por delante de Brasil, México, Paraguay y Bolivia, según un informe de Argendata que publicó iProfesional.

Los países con mayor esperanza de vida -Mónaco, San Marino y Hong Kong- tienen menos población y un nivel de ingreso muy alto. En el extremo opuesto, seis países africanos no superan los 60 años debido a la pobreza y a la falta de acceso a servicios básicos.

Una mejora histórica, con retrocesos puntuales

Desde 1870 hasta hoy, la expectativa de vida en Argentina pasó de 32 a 77 años, un avance notable que responde, entre otras cosas, a la caída de la mortalidad infantil, la expansión del sistema de salud, una mayor cantidad de profesionales médicos y el acceso más amplio a infraestructura sanitaria.

Un caso excepcional fue el de la pandemia de covid-19, que entre 2020 y 2022 provocó un retroceso momentáneo en estos indicadores. En 2023, sin embargo, los niveles se recuperaron, retomando la tendencia ascendente.

Es importante tener en cuenta que la esperanza de vida es una "foto del presente". Se calcula con base en las tasas de mortalidad de un año determinado, como si todas las personas que nacieran ese año vivieran bajo esas condiciones a lo largo de su vida. No es una predicción, sino un resumen del contexto actual.

Las mujeres viven más que los varones

La brecha de género también es una constante en la expectativa de vida. En Argentina, las mujeres viven en promedio cinco años más que los varones: 80 años frente a 75. Esta diferencia existe desde el nacimiento y se mantiene en todas las etapas de la vida. Los niños recién nacidos son más vulnerables a enfermedades, los jóvenes varones mueren más frecuentemente por accidentes o violencia, y en la vejez sufren más enfermedades crónicas, muchas asociadas al tabaquismo, el alcohol y otras conductas de riesgo.

A comienzos del siglo XX, esa brecha era de apenas un año; creció hasta superar los siete años en los años 70, y desde entonces se viene reduciendo lentamente. Hoy es de cinco años, y la tendencia indica que podría seguir achicándose, como ocurre en otros países desarrollados.

¿Por qué otros países nos superaron?

Aunque el aumento de la esperanza de vida en Argentina es una buena noticia, el país perdió posiciones relativas en el ranking mundial. En 1913, ocupaba el puesto 18 entre 115 países con datos disponibles. Hoy está en el 44.

Esto se debe a que otros países avanzaron más rápido. Algunos ejemplos: Chile aumentó su esperanza de vida en 60 años (de 25 a 85), Corea del Sur en 59 (de 25 a 84), España en 54 (de 30 a 84) y China en 53 (de 25 a 78). En Argentina, el aumento fue de 45 años.

Dos períodos marcaron el retroceso relativo del país: entre 1950 y 1965, y desde 2005 hasta la actualidad. Aunque la evolución sigue siendo positiva, el ritmo de mejora ha sido menor que en otras naciones que invirtieron más en salud, educación y políticas de prevención.

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