Fuga de amoníaco en Lules: evacuaron a más de 20 personas y clausuraron una fábrica

Fuga de amoníaco en Lules: evacuaron a más de 20 personas y clausuraron una fábrica

El escape ocurrió en la firma Pacta SRL y generó escenas de pánico.

PRIMEROS MOMENTOS. Se les entregó barbijos a los habitantes de la zona, y se les solicitó evacuar sus casas.

El reloj se acercaba a las 18 y el aire aún era irrespirable frente a la empresa Pacta SRL, en San Isidro de Lules. Allí, solo unas horas antes, una densa nube blanca lo había invadido todo: ardían los ojos, se cerraban las gargantas, y las plantas se marchitaban como si hubieran sido rociadas con veneno. “Esto es lo que causa el amoníaco, así quedan nuestras plantas”, remarcó un vecino mientras tapaba su nariz, con sus brazos. Pasado el mediodía de ayer, una importante pérdida de gas amoníaco (un químico altamente tóxico) lo había obligado a evacuar su hogar junto a decenas de sus vecinos.

Apenas trascendió la noticia, desde la Municipalidad de Lules se activó el comité de emergencias y se habilitó la escuela Sarmiento como centro de evacuación. Allí fueron asistidas al menos 21 personas, según el último parte del Ministerio de Salud. Ocho de ellas fueron derivadas al hospital con diferentes síntomas, y dos tratados por hipertensión, aunque sin riesgo de vida.

Los primeros en llegar fueron los bomberos voluntarios, seguidos por equipos de Defensa Civil, la Policía, personal de salud, la Dirección de Saneamiento y la Secretaría de Gestión Ambiental. No tan solo intervino el municipio, sino que también se sumaron a las tareas algunas reparticiones de la provincia.

Explicaciones

“Hubo una pérdida de gas amoníaco por lo que se evacuó a las personas expuestas y se está ventilando el sector con un extractor”, explicó Fernando Torres, titular de Defensa Civil de Tucumán que se hizo presente en la zona

Tras hablar con empleados de la fábrica, vecinos de la zona y autoridades municipales, el funcionario expresó: “La Fiscalía Municipal ya tomó intervención y mañana llegarán inspectores de Medio Ambiente de la Provincia para determinar las condiciones internas de la instalación”. La empresa fue clausurada por la municipalidad local, pero los vecinos no se quedaron tranquilos.

Antes de las 19, muchos de ellos se dirigieron a la comisaría para realizar una denuncia formal contra la empresa. En ella exigen respuestas urgentes y un control más riguroso sobre la planta.

“¿Qué hubiese pasado si esto ocurría de noche?”, se preguntó Alejandro Yuca, quien no había podido volver a su casa desde que salió a trabajar por la mañana.

“No es la primera vez que pasa. Sentimos que nadie nos da respuesta. Hasta las 17 no había venido ninguna autoridad a explicarnos nada”, contó. Aunque luego sí existió el diálogo con personal autorizado, los afectados sentían que no existían garantías suficientes.

A su lado su hijo, Alex, mostró preocupación por todas las mascotas que habían quedado dentro de las casas. “Tengo tres perritos. Salimos con lo puesto y ahora pienso qué puede pasarles a ellos”, contó.

Asfixiados

Según los vecinos, desde el martes ya se sentían fuertes olores en el ambiente. “Estábamos asfixiados”, describió Ana Margarita Argente, para agregar que desde aquel día toda su familia experimentó síntomas extraños. “Todos estuvimos con dolor de cabeza. Pensamos que era comida, pero era amoníaco”, agregó Argente, quien recordó que hace 10 años también sufrió una intoxicación similar por un escape en la misma empresa.

NUBLE BLANCA. Vecinos lograron captar con sus cámaras la pérdida.

Incluso, algunos recordaban que hace casi 20 años, hubo internados entre sus empleados al momento de inaugurar la compañía.

“Hay más empresas parecidas en Lules y no pasa esto, porque hacen mantenimiento. Este lugar siempre espera a que llueva para hacer escapes controlados, porque el amoníaco se asienta”, denunció Argente, y sentenció: “No se podía ni abrir los ojos. Lo más grave es pensar que podría haber sido peor”.

Hasta el cierre de esta edición, ningún representante de Pacta SRL se había pronunciado públicamente. El silencio empresarial contrastó con el ruido de la indignación en las calles, y en la comisaría. “Dan trabajo, sí, pero también tiene que dar garantías”, finalizó Argente, con la voz firme de quien ya no quiere resignarse al olor del miedo.

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