Mario Vargas Llosa y su legado a la infancia

Mario Vargas Llosa y su legado a la infancia

17 Abril 2025

HONORIA ZELAYA DE NADER

Dra en Letras. Especialista en Literatura Infantil Juvenil. Investigadora. Escritora Miembro de Número de la AALI.

Hace unas horas, mientras los medios comunicaban sobre la muerte de Mario Vargas Llosa, acudió a mi memoria un inolvidable encuentro con el gran novelista peruano en la ciudad de Buenos Aires. Diálogo en el cual fue central la literatura infantil y sus libros para niños.

Mis primeras preguntas fueron si en sus años iniciales él había una vez lo había iluminado; si cuál era su conceptualización sobre la infancia; si un niño era un homúnculo o un ser con características propias; si qué lo había llevado a escribir cuentos para niños, en fin… sobre la función de la literatura infantil.

El diálogo transcurrió en una antigua y reconocida confitería de la ciudad de Buenos Aires. El sol sonreía, los pájaros dialogaban con las nubes mientras mis manos desplegaban el discurso pronunciado por el autor de La ciudad y los perros al recibir el Premio Nobel. Un mensaje pleno de años primeros, de fuertes latidos de infancia, de la función de los padres en brindar sueños alados. No en vano al preguntarle sobre la importancia de la lectura desde los años primeros respondió:

“Creo que es importantísimo que la afición a la lectura se desarrolle muy pronto y que los niños descubran, gracias a ella, que la ficción enriquece la vida, aumenta nuestras experiencias, y que las armas que hacen posible este enriquecimiento son la imaginación y las palabras. Por eso, debería haber mucha buena literatura al alcance de los niños. Y todos los escritores deberíamos poner nuestro granito de arena para ello.

Abrazando aquellas palabras, avancé y me permití preguntarle:

- ¿Tales concepciones lo llevaron a publicar cuentos para niños?

- Me costó hacerlo. Fonchito y la luna se publicó en una colección de relatos para niños. Debía ser muy corto y lo escribí muy rápido utilizando como su protagonista a un personaje, Fonchito, que ya había aparecido antes en dos novelas mías.

Es muy difícil escribir para niños tan jóvenes, yo hice la prueba de leérselo a una de mis nietas, de muy pocos años, a la que le pedí luego que me volviera a contar el cuento para ver si lo había comprendido. Me lo refirió con absoluta exactitud, de manera que pensé: “he dado en el clavo”.

Para niños

Viene bien recordar que el autor de obras tan influyentes como La ciudad y los perros o Pantaleón y las visitadoras cuenta en Fonchito y la luna una historia recomendada para niños a partir de cinco años. En ella da cuenta del proceso que atraviesa Fonchito desde que se enamora de una compañera del cole hasta que se embarca en una divertida aventura para lograr su primer beso. Se trata de un cuento que habla de valores como el esfuerzo, el tesón o la confianza en uno mismo y que explora las percepciones que los demás tienen de nosotros durante la infancia.

El caso es que hablamos mucho más, y podría seguir reseñando tan trascendente encuentro, pero en este instante, subrayo aquellas palabras que considero mensaje central respecto a Vargas Llosa: “Creo que es importantísimo que la afición a la lectura se desarrolle muy pronto y que los niños descubran, gracias a ella, que la ficción enriquece la vida, aumenta nuestras experiencias, y que las armas que hacen posible este enriquecimiento son la imaginación y las palabras. Por eso, debería haber mucha buena literatura al alcance de los niños. Y todos los escritores deberíamos poner nuestro granito de arena para ello”.

Gracias, Mario Vargas Llosa, responden los niños y corren al encuentro de los libros que el gran venezolano escribió para ellos.

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