

Pare, mire, escuche: ¡Cuidado con el tren! Leamos el cartel, paremos el motor, saquemos el pie del acelerador; nos pongamos a un costado, con la idea de dar antes que pedir; cerremos los ojos y el pensamiento, abramos las manos y el corazón, con la ayuda de Dios, recordemos cómo nos compartamos y actuamos en cada situación que nos tocó vivir. Antes de: discutir, respirar; de callar, desahogarse; de rendirse, intentar ; de herir, sentir; de atacar, cubrirse; de hablar, escuchar ; de criticar, examinarse; de pensar, despertarse; de abandonar, llegar ; de llorar, reflexionar; de celebrar, asegurarse; de ofender, analizarse; de escribir, pensar; y por último, de morir… pero antes vivir. Respiremos profundo, miremos a nuestro alrededor; les demos valor a los seres queridos cercanos que aún los tenemos con vida, y en el momento de los brindis de fin de año, antes del primer trago, repasemos en qué fallamos últimamente, pidamos las correspondientes disculpas con el firme propósito de pensar antes de hacer.
Francisco Amable Díaz
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