"Gol gana": la historia de ascenso de la peor selección de fútbol

"Gol gana": la historia de ascenso de la peor selección de fútbol

La entrañable comedia, que se estrenó en la plataforma de Star+, relata todo lo que Samoa Americana debió sortear para conseguir su primer éxito en la historia tras haber encajado la derrota más abultada de un combinado de la FIFA.

ESPERANZA. En el filme, un técnico alcohólico y en decadencia es contratado por la Asociación de Fútbol de Samoa Americana, el peor equipo del planeta. ESPERANZA. En el filme, un técnico alcohólico y en decadencia es contratado por la Asociación de Fútbol de Samoa Americana, el peor equipo del planeta.

La introducción de Samoa Americana al mundo del fútbol fue humilde pero dejó una marca indeleble el 11 de abril de 2001. Aquel día, enfrentó a Australia en un partido por la clasificación para el Mundial de Corea-Japón 2002. El resultado fue una contundente derrota por 31-0, lo que marcó el mayor margen de derrota registrado en la historia del fútbol internacional. Pero a pesar de ese monumental golpe, el espíritu de los samoanos americanos no se quebrantó.

En lugar de darse por vencido, el equipo se lanzó a una incansable búsqueda de su primera victoria. El 22 de noviembre de 2011, en el estadio Toleafoa J.S. Blatter, Samoa Americana marcó un hito al vencer a Tonga por 2-1 en la etapa de clasificación para la Copa de las Naciones de la OFC.

Esta historia es la que cuenta “Gol Gana”, película dirigida por el visionario Taika Waititi; en lo que no es solo un film sobre fútbol, sino un viaje emocional que sumerge en las profundidades del alma humana y la lucha por encontrar significado en la derrota.

La trama se desarrolla en Samoa Americana, una pequeña isla de la Polinesia, en la el fútbol es más que un deporte: es una pasión que une a toda una comunidad.

La selección enfrenta la humillante realidad: Australia los venció 31-0, y ese récord avergüenza al equipo y al país.

Thomas Rongen, interpretado por Michael Fassbender, un entrenador de la MLS con un temperamento volátil y un historial de éxitos oscurecido por la adversidad personal, entra en escena.

Enviado como castigo a ese país, Rongen se encuentra con un equipo desmoralizado y desorganizado, incapaz de entender sus tácticas o de competir a nivel internacional. Lo que sigue es una lucha épica por la redención, tanto para el equipo como para el Rongen.

A medida que el DT se sumerge en la cultura samoana, se da cuenta de que su enfoque occidentalista y su obsesión por la victoria son incompatibles con las creencias y los valores de la isla.

La fe, la familia y la comunidad son más importantes que cualquier trofeo o récord. A través de encuentros con personajes coloridos y memorables, como el carismático cura local interpretado por el propio Waititi, comienza a entender que el verdadero éxito radica en el espíritu de equipo y la determinación de superar juntos las adversidades.

La película retrata desde momentos de desesperación y desesperanza hasta destellos de esperanza y triunfo. Y a medida que el equipo se prepara para enfrentarse a sus rivales, aparecen dudas y miedos. ¿Pueden superar el peso del pasado y encontrar la fuerza para levantarse nuevamente? La respuesta yace en el corazón de cada jugador y en sus capacidades de creer en sí mismos y en su equipo.

A través de escenas magistrales de acción en el campo y momentos conmovedores fuera de él, “Gol Gana” nos recuerda la verdadera esencia del deporte: no se trata sólo de ganar o perder, sino de la pasión, la camaradería y la determinación de nunca rendirse.

En un mundo obsesionado con la victoria a toda costa, el film desafía a reconsiderar lo que realmente importa en la vida: la conexión humana, el crecimiento personal y la búsqueda eterna de la grandeza interior.

En última instancia, “Gol Gana” no es sólo una película sobre fútbol; es una poderosa historia sobre la resiliencia del espíritu humano y la capacidad de encontrar luz en la oscuridad.

A través de su narrativa cautivadora y un elenco excepcional, Waititi regala una obra maestra que deja inspirados, conmovidos y llenos de esperanza a los espectadores; porque al final del día, el verdadero gol no se marca en el campo, sino en el corazón de aquellos que se atreven a soñar en grande y a perseguir sus sueños con valentía y determinación.

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