Amigos de “El Monito” lo despidieron defendiéndolo

Amigos de “El Monito” lo despidieron defendiéndolo

El hijo de Ángel “El Mono” Ale, que se mató ayer, nunca recibió una condena.

DESTRUÍDO. Así quedó el vehículo en el que viajaba “El Monito”. DESTRUÍDO. Así quedó el vehículo en el que viajaba “El Monito”. FOTO GENTILEZA DE ALEJANDRO ETCHART

“De él podrán decir cualquier cosa, menos que no tenía un gran corazón. Tuvo sus problemas, pero los que lo conocimos de verdad lo vamos a extrañar”, dijo Julio Herrera, uno de los amigos de Eduardo Said “El Monito” Ale (32) que falleció ayer a la madrugada en un accidente automovilístico. Su muerte causó conmoción, ya que hace poco menos de cuatro meses murió su tío, Rubén “La Chancha” Ale. “Espero que finalmente lo dejen en paz, ya que tuvo numerosos problemas”, añadió.

El hijo de Ángel “El Mono” Ale volvía de Salta en un Nissan Tiida que era conducido por Ricardo Daniel “Wilsin” Gerez. Por razones que aún no están claras, el vehículo se cruzó de carril y chocó de frente con un camión que circulaba en sentido contrario. Según los primeros informes, ambos tucumanos murieron en el acto. El percance se registró a la altura del río Las Piedras, en la zona de Metán, donde la ruta 9 tiene doble trocha. El fiscal de Rosario de la Frontera dispuso la entrega de los cuerpos de las víctimas ayer a la mañana. “Al parecer, el conductor se durmió, ya que no se observaron frenadas ni fallas mecánicas”, explicó una fuente policial salteña a LA GACETA.

“La verdad es que no sabemos qué estaba haciendo en esa zona. Él trabajaba en los campos de su padre. Desde hace mucho tiempo que su vida era esa. Ahí encontraba la paz que tanto necesitaba”, explicó Herrera.

Los allegados del “Monito” tampoco pudieron explicar qué hacía con Gerez, un hombre que cumplió una condena en el penal de Villa Urquiza por una causa de tentativa de homicidio. En febrero de 2014, le efectuó cinco disparos a un joven en el interior del boliche que funcionaba en 9 de Julio y General Paz. “Fue un caso muy famoso y, si no estoy equivocado, recibió una pena de seis años”, explicó una fuente judicial.

Supuestamente, el ex convicto, en sus tiempos de encierro, habría conocido a Facundo Ale, el hermano del “Monito”, y de allí nació la relación. LA GACETA no pudo conocer más detalles de la vida del conductor del auto siniestrado. Trascendió que habría trabajado en la Municipalidad.

Antecedentes de "El Monito" Ale

“Es cierto que tuvo problemas con Ley, pero también es real que siempre les daba una mano a los que necesitaban. Nadie se acuerda de que salvó a unas personas de morirse ahogadas”, explicó Mariana Lencina. “A él siempre le generó problemas su apellido. Fue una carga demasiado pesada”, añadió. “Espero que ahora lo dejen en paz”, finalizó.

El último incidente que tuvo fue hace poco menos de dos meses. Habría recibido una feroz golpiza por parte de unos taxistas que, según denunciaron, habría intentado asaltarlos. Los allegados al “Monito” contaron que en realidad los choferes lo atacaron porque reaccionó a los insultos que le habían propinado por la muerte de su tío Rubén.

Eduardo Ale tuvo numerosas causas judiciales, pero ninguna condena. La imputación más grave que recibió fue por el homicidio de Roberto Cabrera, registrado en 2008. Fue una causa polémica que nunca se cerró. Según la investigación, un tal “Spiry” se hizo cargo del crimen por pedido del “Mono” y de “La Chancha”, pero se arrepintió y terminó diciendo que “El Monito” había sido el autor. Como era menor de edad en la fecha del hecho, recibió un tratamiento especial. En 2021, la Justicia suspendió el proceso en su contra, ya que una junta médica por los serios problemas de adicción que sufría.

El hijo del “Mono” Ale fue absuelto en dos casos. En 2011 fue detenido, acusado de haberle arrebatado la cartera a una mujer en el barrio Juan XXIII (“La Bombilla”). Un tribunal lo absolvió por falta de pruebas en su contra y ordenó una investigación en contra de los policías por haber realizado mal las actuaciones y por apremios ilegales, ya que se comprobó que había sido castigado físicamente.

Luego se sentó junto a su padre en el banco de los acusados, por una causa de usurpación y de amenazas. Los jueces terminaron absolviendo a los dos.

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