¿Quién es sexy?

25 Abr 2021
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Imagen ilustrativa

¿Cuántas mujeres no están conformes con su cuerpo? Lo excepcional –casi a lo largo de todas las edades- es la aceptación y el amor por la propia apariencia. Lo frecuente en cambio es sentirse con kilos de más o criticarse ciertos rasgos físicos. Y los medios de comunicación y las redes sociales no ayudan en absoluto. No importa cuánto sepamos de lo “maquillado” que está todo eso, igual es común pensar que así es como deberíamos vernos. Que a eso tenemos que aspirar.
¿Y si empezamos a revisar nuestro concepto de belleza? Al respecto, Evelyn Resh -la popular orientadora sexual norteamericana- en su libro “Mujeres: sexo, poder y placer”, nos insta a preguntarnos qué es lo que consideramos atractivo y atrayente en una mujer y a elaborar una lista de los motivos por los que pensamos así. Y, si las únicas personas que nos vienen a la mente son amigas o conocidas flacas, modelos o estrella de cine… entonces tal vez debiéramos hojear algunas de las lindísimas páginas de ropa y lencería que muestran mujeres más “rellenitas” (por suerte de a poco se observa la tendencia a incluir este tipo de cuerpos). O salir al mundo real y observar la gente que nos rodea, examinar a cada persona que pase y advertir los rasgos que nos agradan.
Sin duda, va a haber muchas personas cuyos cuerpos no desearíamos para nosotras. Pero también es seguro que habrá otras que, aunque no se adapten al concepto hegemónico de figura ideal o perfecta, tendrán otras cualidades que nos atraigan y que sí desearíamos tener. ¿No es así?

Somos un todo

Como Resh bien sostiene, las mujeres necesitamos pensar en nosotras mismas como entes completos: nuestra alma, nuestra personalidad y nuestra identidad compleja se encuentran entretejidas para formar nuestro ser físico. Las personas se sienten atraídas hacia un ser completo. De hecho, no hay ejemplo más elocuente en relación a aquello de que “el todo es más que la suma de las partes”, que la misteriosa sinergia que dicta las leyes de la atracción. 
Por eso, partirnos en distintas piezas y criticar cada una de ellas socava lo que somos en nuestra totalidad como individuos complejos y únicos. En el mundo no funcionamos por partes separadas, y nadie nos ve o experimenta así, por lo tanto, ¿cuál es el objeto de pensar en nosotras de este modo? Hacer esto nos reduce a pequeños monstruos carentes de compasión por nosotras mismas y con un falso sentido de la perfección que, en el fondo, no forma parte de la condición humana. De más está decir que estos malos hábitos no hacen sino perjudicar nuestra relación con el placer sexual.

Una autoevaluación

Resh propone una serie de “preguntas de autoevaluación” para repensar estas cuestiones, que resultan más que pertinentes:
1-¿Qué rasgos físicos poseo que encuentro atractivos y agradables? ¿Qué han comentado otras personas que les parece atractivo de mí?
2-¿Por qué mi compañero/a me dice que desea tener relaciones sexuales conmigo? ¿Me gusta ese motivo y creo que dice la verdad?
3-¿Cuáles considero que son los atributos del cuerpo ideal de una mujer en lo que respecta a cuerpo y cara, y por qué?
4-¿A quién o quiénes conozco que no se adaptan al estereotipo de la mujer sexy y sin embargo otras personas encuentran atractivas e interesantes, y por qué?
5-¿Cuáles de mis rasgos físicos podría modificar (sin intervención quirúrgica) y cuáles son inmutables?
6-¿Qué papel considero que desempeña la salud física y mental en el hecho de que yo me considere o no atractiva?
7-¿Qué me impide ejercitarme de la manera en que quisiera, y qué cambios de hábitos resultarían mejores para mi salud?

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.