17 Abr 2021
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William Doherty, reconocido terapeuta norteamericano, insistía en la importancia de promover la presencia de ciertos rituales en las parejas y en las familias. Citaba como ejemplo la “tradición del café”, ritual que había creado con su esposa Leah y que él describía como un momento de paz y conexión: sencillamente conversar después de la comida, mientras sus hijos jugaban antes de ir a dormir o hacían los deberes. Primero recogían entre todos la mesa y luego Bill hacía el café que acompañaría la charla.

Lamentablemente, el televisor antes, los celulares ahora y otros rasgos de la vida actual (también de la vida en pandemia), han atentado contra estos espacios de conexión emocional, de fortalecimiento de la identidad de pareja y/o familiar. A este tema se refiere el filósofo surcoreano Byung-Chul Han en su libro “La desaparición de los rituales”: en el mundo contemporáneo, donde la fluidez de la comunicación es un imperativo, los ritos se perciben como algo obsoleto, como un estorbo prescindible. No lo son, en absoluto. Por el contrario, son estas costumbres las que nos unen. ¿Cuál es la recomendación en pequeña escala? Comentar en pareja cuáles costumbres querríamos fomentar y procurarlas intencionalmente.

Algunos rituales se heredan de la familia de origen pero otros son creados por la pareja. A veces surgen de lo que las personas sienten que faltaba en su propia casa o en la relación de sus padres.

Algunas propuestas

John Gottman, profesor de la Universidad de Washington y experto en parejas, hace una serie de propuestas en torno a la creación de rituales:

1.- Procurarse una cita semanal sólo de la pareja, sin hijos.

2.- Incorporar las “celebraciones de triunfo”, como un modo de celebrar cualquier logro, ya sea pequeño o importante, y de crear así una cultura de orgullo y alabanzas en la pareja.

3.- Rituales en relación a los malos momentos, las decepciones, las dificultades. Cuando algo difícil ocurre, la pregunta es ¿cómo podemos apoyarnos, sanar, renovarnos? Ver una linda película, salir a dar un paseo, pedir una comida rica… son algunas de las simples acciones con las que podemos sentirnos mejor.

4.- Rituales comunitarios para ayudar a otras personas o abrir la casa a aquellos que nos importan. Estas tradiciones implican una interacción más amplia y son una buena ocasión para cultivar y transmitir valores.

5.- Rituales en torno al sexo: aunque sabemos que el sexo es muy importante, también es frecuente dejarlo de lado, para el final del día, cuando nos sentimos cansados. A su vez muchas parejas creen que debería ser espontáneo y no quieren planearlo. Pero si lo pensamos bien, por lo general la vida sexual es más excitante en los primeros tiempos de una relación. ¿Por qué? En buena medida, porque hay mucha planificación: adónde ir, qué ropa usar, la música, el vino, etc. Por eso, y aunque no pase siempre, es bueno cada tanto recurrir a un ritual dedicado que promueva el erotismo.

6.- Rituales para mantener el contacto con parientes y amigos. Son los eventos y las reuniones con personas significativas para la pareja y la familia. Vínculos que se alimentan gracias a estos encuentros periódicos.

Cumpleaños y fechas especiales, celebraciones religiosas, inauguraciones, despedidas, aniversarios… ¿Cómo quisiéramos vivir esos momentos?

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.