Un elogio de la autosatisfacción femenina

23 Ago 2020
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Un elogio de la autosatisfacción femenina

“¿Qué hay de malo en procurarse placer a una misma?”, plantea la española Sylvia de Béjar, experta en sexualidad humana y educación sexual. Obviamente, nada. ¿De qué habría que sentirse culpable? Sin embargo, asegura, “hasta las personas más abiertas y liberadas sexualmente parecen pasar apuros a la hora de abordar esta cuestión”. Ocurre que a sesenta años de la revolución femenina, no todas -ni todos- hemos logrado quitarnos de encima una represión sexual de siglos. Que nos impide darle la bienvenida a estos placeres solitarios que “deberían considerarse algo natural, algo primordial que forma parte de nuestras vidas, exactamente igual que comer o dormir”.

Y son muchas las razones para hacerlo, aunque no sea necesario esgrimirlas frente a nadie. En síntesis: se trata de una práctica liberadora, divertida y sana. La autora de “Tu sexo es tuyo” se aventura con una lista –susceptible de ser ampliada- de buenos motivos para, estando solas o en pareja, no dejar de incursionar en la autosatisfacción:

-Para aprender a sentirte cómoda en tu piel. Para descubrir lo que más te agrada (indispensable para compartir mejor tu sexualidad).

-Porque conocer cómo reacciona tu cuerpo te da seguridad en tus relaciones de pareja.

-Porque es la mejor escuela. ¿Cómo pretendés enseñarle a otro lo que te gusta y lo que no si no lo sabés ni vos?

-Porque nunca has disfrutado de un orgasmo y querés descubrirlos. (Masters y Johnson averiguaron que el 94% de las mujeres que nunca se habían masturbado tampoco habían sentido un orgasmo de otra forma).

-Para probar cosas nuevas (que después, si querés, podés hacerlas con alguien más).

-Porque no tenés pareja. O porque tenés, pero en este momento no sentís deseos de compartir tu sexo y preferís centrarte en vos misma. O porque él –o ella- no tiene ganas, no puede o no está, y vos no querés renunciar a tu sexualidad.

-Porque no has tenido un orgasmo durante la relación sexual. O porque sí lo has tenido, pero querés más.

-Para aumentar tu libido… y es que el sexo llama al sexo.

-Porque estás nerviosa o estresada y hacerlo te relaja. Porque no tenés sueño y querés ayudarte a conciliarlo.

-Porque es otra forma de practicar sexo seguro.

-Para aliviar tu dolor menstrual. Para fortalecer tu musculatura pélvica.

-Porque cuanto más lo hacés, más fácil te resulta gozar. Porque quienes lo hacen tienen una vida sexual más larga.

-Porque no tenés ganas de enredarte con el primero –o la primera- que pasa.

-Para desconectarte de algo que te preocupa. Para romper la rutina laboral.

-Porque querés aumentar tus dosis de autoestima. Porque te hace sentir independiente, fuerte, libre.

-Porque, al no necesitar a nadie, podés hacerlo en cualquier momento.

-Porque necesitás quemar calorías y la gimnasia no es lo tuyo (aunque no hay que engañarse: se queman pocas).

-Para verte mejor (experimentar placer hace que irradiemos belleza).

-Porque sos una mujer inteligente. (Diferentes estudios apuntan a que los porcentajes de masturbación son más altos en las personas de mayor nivel cultural).

-Porque querés premiarte o hacerte un regalo. O porque, sencillamente y sin excusas… tenés ganas. ¿Hace falta más?


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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.