Resolución de conflictos: el estilo volátil

03 Ene 2020
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El estilo volátil

Aunque es evidente que en algunas culturas la gente acostumbra a gritar más que en otras (nosotros los argentinos tenemos esa maestría, por ejemplo), todos hemos conocido parejas que se comunican en forma beligerante, levantan la voz con mucha frecuencia y, sin embargo, siguen juntas.
Se inscriben en el llamado “estilo volátil” -el tercer tipo de conflicto efectivo, después del “validador” y el “semiseparados”-, que ha tomado a los expertos por sorpresa. Y es que estas parejas hacen cosas de lo más curiosas en las tres etapas de resolución de conflictos. Se saltean el primer paso (escuchar al otro) y pasan directo al segundo (intentar persuadirlo). Y allí se quedan a vivir: sacando a la luz críticas, mostrando desdén y jugando a la víctima.
Los volátiles en el fondo encuentran excitantes las peleas y suelen ser celosos. Hacen pocos o ningún intento por comprender o empatizar, y muestran cero interés en la negociación… siempre quieren ganar y, si en el proceso pueden llevar un poco de agua para su molino, mejor todavía.

Y a pesar de todo…

¿Cómo es que los volátiles sobreviven a estas contiendas? Ocurre algo: aunque no parezca, durante la ruidosa tanda de insultos, ellos nunca tiran demasiado de la cuerda. O se trasladan a la etapa 3 en la que logran resolver sus diferencias y, casi sin advertirlo, sobreviene un acuerdo. De alguna manera se rinden y el conflicto se soluciona.
Pero el estilo volátil tiene sus peligros. Las peleas pueden ser excesivas y arruinar los buenos momentos. Las provocaciones –a las que son bastante adeptos- dejan heridas de las que no siempre podrán recuperarse. Por eso, el estilo volátil debe transitar el filo de la navaja de un delicado equilibrio, más que los otros dos. Pero si se le ponen límites cuidadosos y sanos, pueden estar juntos por muchos buenos años.
Los volátiles felices, si bien experimentan los aspectos negativos mencionados, los compensan con una buena dosis de actitudes positivas: calidez, buen humor, atención absoluta, besos, sonrisas, elogios. Rasgos no tan frecuentes en otras parejas en las que –aunque no circulen las declaraciones sin filtro de los volátiles- tampoco hay muchas demostraciones de sentimientos positivos.
Algo interesante: mientras que los investigadores han encontrado muchos seres volátiles viviendo juntos por largas temporadas, no se toparon con tantos de estos ejemplares entre las parejas mayores. Esto sucede probablemente porque los volátiles, si todavía no se han separado, con el tiempo han ido domándose mutuamente.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.