El implante subdérmico

10 Nov 2019
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El implante subdérmico

Existe una gama muy variada de métodos para evitar un embarazo. Están los métodos de barrera, los hormonales, los intrauterinos, los quirúrgicos, los químicos y los llamados “naturales”, que son aquellos basados en el conocimiento del cuerpo y la fertilidad de la mujer. 
Es importante señalar que ningún método es mejor que otro. Lo deseable es que, luego de recibir un asesoramiento de calidad por parte de un profesional de la salud que cuente con información científica actualizada, la persona elija el que considera más adecuado para ella, de acuerdo a sus preferencias, costumbres, situación de vida, etcétera.

Como un fósforo

Dentro de los anticonceptivos hormonales de liberación prolongada está el denominado “implante subdérmico”: una varilla pequeña, finita y flexible (aproximadamente del tamaño de un fósforo), que se coloca debajo de la piel, en la cara interna de la parte superior del brazo de la mujer (por lo general, del brazo no hábil). 
Esta varilla contiene una hormona derivada de la progesterona, cuyo principal mecanismo de acción es la inhibición de la ovulación, además del espesamiento del moco cervical, que impide el ascenso de los espermatozoides.
Aunque su colocación –y extracción- es un procedimiento bastante sencillo que demanda unos pocos minutos, sólo puede ser realizada por un profesional entrenado en la técnica. La práctica se lleva a cabo mediante una incisión en la piel, con anestesia local. A partir de allí, no es necesario que la usuaria haga nada: el método en sí mismo no necesita mayores controles, salvo frente a la presencia de síntomas –poco frecuentes- como ser algún signo de infección. 
Este anticonceptivo figura dentro de los considerados “de larga duración”, porque brinda protección contra el embarazo por un tiempo de entre tres y siete años, dependiendo del tipo de implante que se trate. Si bien no se nota simple vista, puede ser palpado fácilmente.

¿Quiénes pueden usarlo?

Casi todas las mujeres –salvo determinadas condiciones clínicas muy específicas- pueden utilizar el implante de manera segura y eficaz. Al contener sólo progestágenos, es apto para las que están amamantando y para aquellas que tienen contraindicados los estrógenos (presentes en otros métodos hormonales).
Dentro de los efectos secundarios, entre los más comunes están las variaciones en el peso y las alteraciones en el patrón de sangrado, que pueden tratarse. Habitualmente se produce un sangrado irregular prolongado durante el primer año y luego éste se hace más regular o infrecuente. A veces se presenta la ausencia de menstruación, sin implicancias clínicas. 
El implante subdérmico es uno de los métodos con más eficacia anticonceptiva –incluso le gana a la ligadura tubaria- y su acción es reversible: una vez extraído, la hormona no permanece en el cuerpo y la fertilidad se recupera. Aunque es evidente, no está de más aclarar que no ofrece ninguna protección contra el VIH/Sida y otras infecciones de transmisión sexual, por lo que, para cuidarse en este sentido, sigue siendo necesario el uso del preservativo.
En nuestro país este método es gratuito en hospitales y centros de salud para adolescentes y jóvenes de hasta 24 años.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.