Por qué hay que besarse más

12 May 2019
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Por qué hay que besarse más

“Los matrimonios con el tiempo van dejando de besarse. Eso lo sabe cualquiera, aunque nadie lo diga. Y no significa nada. Es así. A veces se besan en público, para que los demás vean que se besan. Como diciendo ‘¿ven que a veces nos besamos?’. Pero en la intimidad es otra cosa, no hace falta. Y si hace falta es por temor a que esté mal no besarse, como no lo hablan con nadie, no saben que a todos les pasa lo mismo. A todos.” Así lo aseguraba Inés, la narradora protagónica de “Tuya”, novela policial de Claudia Piñeiro, que luego fue llevada al cine.
Una amarga declaración, sin dudas, con la que más de uno podría estar de acuerdo. Y es que, como es bien sabido, las parejas a largo plazo enfrentan el gran desafío de reconciliar cuestiones aparentemente incompatibles: la seguridad con la aventura, la costumbre con la novedad, lo conocido con el misterio, lo cotidiano con lo erótico. ¿Será posible no morir en el intento?
Frente a esta pregunta, la sexóloga portorriqueña Alessandra Rampolla destaca la importancia de cultivar ciertos “buenos hábitos” en la pareja. Besarse, por ejemplo.

El poder del beso

Así como es recomendable “no irse a dormir enojados”, tampoco es bueno acostumbrarse a la inercia de las despedidas sin beso. Porque suele ocurrir que las parejas estables -aun las que se llevan muy bien- acaban por subestimar este contacto. El beso, considerado definitorio en el comienzo de toda historia amorosa, tan frecuente en los primeros tiempos… corre el riesgo de ser olvidado, dejado de lado o sólo practicado como parte ineludible previa a las relaciones sexuales. Un aspecto más del descuido de dar por sentado al otro y al vínculo, en base al hecho de llevar juntos algunos años.
Cuando dejamos de besarnos nos estamos privando de más bienestar del que podríamos suponer. Por empezar, en los labios y la lengua confluyen muchísimas terminaciones nerviosas y su representación a nivel cerebral ocupa un lugar de importancia. Es por eso que resultan tan placenteros. Además, su correlato químico ha sido muy estudiado, demostrando múltiples efectos beneficiosos para la salud y el ánimo. 
A nivel del vínculo, dejar de besarse puede ser el signo del comienzo de una distancia emocional en la pareja (a su vez, ambos factores se retroalimentan). Porque hay algo muy íntimo y poderoso en los besos. “Es aliento, es vida, es la energía que les damos a nuestras parejas desde un lugar muy profundo”, plantea la citada sexóloga y asegura: “los besos nos conectan desde lo emocional y, a la vez, nos proporcionan un inmenso placer físico, disparador del deseo. No se permitan perder el beso en la pareja. Besarse les garantiza conexión sexual y emocional. ¡Un verdadero y valiosísimo combo!”

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.