Sobre lubricantes

06 Abr 2019
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Sobre lubricantes

Es innegable que a pesar de haber avanzado mucho en despojarnos de prejuicios y tabúes en torno a lo sexual, todavía nos habitan limitaciones, temores y ansiedades. Como si el “de eso no se habla” siguiera vigente, más de lo que estamos dispuestos a reconocer. Un claro ejemplo de estas negaciones es la referida a la dificultad –nada infrecuente- para alcanzar una adecuada lubricación en las mucosas genitales, requisito indispensable para disfrutar de las relaciones sexuales con penetración. Probablemente el hecho de ser un tema vinculado a la menopausia –sobre la que tampoco se habla demasiado- contribuya a esta situación.

Menopausia y más

La sequedad vaginal no es un rasgo exclusivo de la menopausia. Tras un parto o en determinados momentos del ciclo menstrual también puede ocurrir. Y hay otras causas, que no tienen que ver con los cambios hormonales, como ser el consumo de alcohol, de ciertas drogas y medicamentos e, incluso, el estrés. Por otra parte, el contacto con el aire y con el látex del preservativo suele secar los genitales. De hecho, esta circunstancia no necesariamente implica que la persona no esté excitada. Puede estarlo –y mucho- y aun así no tener lubricación. Y es sabido que algunas prácticas sexuales necesitan de un lubricante o mejoran con su uso.
Existe una amplia oferta de este producto: de silicona, de base acuosa, oleosa, efecto frío o calor, con anestésico o espermicida y hasta en diferentes sabores. Pero, ¿cuáles son las recomendaciones a la hora de elegir?

Ojo con la vaselina

Quizás el lubricante más popular sea la vaselina. Sin embargo, esta sustancia no debería usarse más que para la estimulación de los genitales externos, pero no de la vagina, porque puede alterar su pH y, al ser muy grasosa, se adhiere a sus paredes, convirtiéndose en un foco para bacterias e infecciones. Además, su composición daña el látex del preservativo, lo que la hace menos recomendable todavía, para cualquier práctica sexual. Ocurre lo mismo con otros recursos caseros, como las cremas hidratantes, los bronceadores, la manteca –pulgar abajo para el polémico impulso de Marlon Brando en “El último tango en París”-, y los aceites, así sean los de bebé.
Los preservativos solo son compatibles con los lubricantes a base de agua o de silicona, ya que estos ingredientes no destruyen el látex. Los primeros son más baratos y fáciles de eliminar del cuerpo (aunque se secan con mayor rapidez y hay que reforzar la dosis). Los de silicona, en cambio, no se secan ni evaporan porque no contienen agua pero son más difíciles de retirar –es necesario utilizar jabón- y, por lo mismo, se pueden usar en la bañadera, la pileta, el mar. Su textura los hace ideales para pieles sensibles pero no es aconsejable combinarlos con los juguetes sexuales que están hechos del mismo material. 
Los lubricantes pueden comprarse en farmacias y en sexshops. En nuestro país, además, se entregan gratuitamente en hospitales y centros de salud, al igual que los preservativos. 

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.