La palabra frigidez
Superado ya en el lenguaje de médicos, psicólogos, sexólogos y educadores sexuales, el término “frigidez” todavía es usual en las expresiones populares. Por lo general empleado de manera peyorativa, estigmatizante y con una fuerte carga sexista. Su etimología tiene raíz latina y remite a “frialdad”. Por eso, “frígida” constituye una manera ofensiva de referirse a las mujeres que tienen alguna dificultad en su vida sexual. Su equivalente masculino sería “impotencia”, palabra que suele aplicarse a los que tienen disfunción eréctil (aunque a veces también a los de bajo deseo sexual).
Ambiguo e inespecífico
La palabra fue erradicada del vocabulario
científico porque, además de su connotación negativa, “frigidez” resulta
ambiguo, inespecífico. Y es que no precisa en cuál fase de la respuesta sexual
está la dificultad. Lo único que hace es encasillar a la mujer con un adjetivo
con el que corre el riesgo de identificarse.
La disfunción puede estar relacionada con una
falta de deseo, es decir, un desinterés en el sexo y una ausencia de
pensamientos eróticos. Otras veces la clave está en la excitación: quizás la
mujer siente ganas de tener relaciones sexuales y fantasea con ello pero, llegado
el momento, la excitación –lubricación vaginal y demás cambios fisiológicos que
la acompañan- no se produce.
El problema puede radicar en el orgasmo: tanto
en su ausencia como en la dificultad para conseguirlo, más allá de que exista
el deseo, la excitación y la llamada “meseta” (el estado en que la excitación
se mantiene constante y en un nivel alto que suele preceder al orgasmo).
En ocasiones el malestar se vincula con la
presencia de dolor y/o de dificultades para que se produzca la penetración.
La aparición de cada una de las etapas de la
respuesta sexual –empezando por el deseo- habilita a que, en condiciones
adecuadas, se presente la siguiente. Y los obstáculos en una fase pueden
terminar afectando el avance de este proceso. En este sentido, por ejemplo, la
ausencia de deseo puede constituirse en un impedimento para que una persona se
excite.