Sexo y conciencia plena

16 Ene 2016
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Sexo y conciencia plena

Aunque su origen se remonta a dos mil quinientos años atrás, en el corazón de las tradiciones budistas más antiguas, en los últimos tiempos ha cobrado fuerza, como una suerte de nueva y bienvenida moda, el concepto psicológico de “mindfulness”. Esta palabra inglesa es traducida como “atención plena”, “presencia mental” o “conciencia plena”. Significa prestar atención -de manera conciente e intencional- a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación, sin juzgarla. Una práctica sencilla de implementar -tomando como principal herramienta la respiración- pero que encuentra grandes obstáculos en nuestra arraigada costumbre occidental de tener la mente en constante inquietud, preocupada por lo que ocurrió en el pasado o por lo que sucederá en el futuro. Este permanente “rumiar” sólo nos conduce a ansiedad, temor, angustia, desconexión y, en general, a estados emocionales negativos. Al menos, la mayor parte del tiempo.

Nuestra vivencia de lo sexual recibe, desde luego, el impacto de este hábito de estar mentalmente situados fuera del “ahora”, desenfocados del momento presente. De hecho, es uno de los responsables de que las disfunciones sexuales se generen y/o mantengan. Así, por ejemplo, el recuerdo de una “falla” o mala experiencia en el pasado -un problema de erección, la ausencia de orgasmo, el dolor durante la penetración, la eyaculación rápida, etc.- puede conducir a las personas a repasar de manera obsesiva lo ocurrido, a quedar envueltas en el miedo y la ansiedad frente a la perspectiva de la “próxima vez” y con la sensación de que el sexo se ha convertido en una situación de examen. Asociada a la búsqueda de un objetivo y al cumplimiento de un deber, en lugar de a la conexión con el otro y con el placer.

Los impulsores del mindfulness dirían que estos como otros sufrimientos hunden sus raíces, a fin de cuentas, en el hecho de no estar verdaderamente presentes. Aquí y ahora, respirando, volviendo a nosotros mismos, conectándonos con el momento que estamos viviendo y con ninguna otra cosa. Mente y cuerpo unidos, plenamente concientes del milagro de estar vivos.

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.