Atributos masculinos

28 Sep 2013
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Gentileza de: http://www.latam.discoverymujer.com/

Príapo, el dios griego de la fecundidad, aparece curiosamente representado en un mural de Pompeya: se lo ve pesando su enorme falo y equilibrando así un saco de monedas de oro que se encuentra en el otro plato de la balanza. Los antiguos dueños de esta casa, dos esclavos libertos -los Vettii- habían logrado amasar una gran fortuna y al parecer quisieron con este fresco protegerse de la envidia. Otros piensan que, además, es una imagen que capta a la perfección el sentir masculino respecto de su órgano sexual: vale su peso en oro.

El tamaño del pene y su relación con la virilidad, la potencia sexual y el goce femenino, es una cuestión que desde siempre ha generado debate y preocupación entre los hombres. Por eso es tan común su alusión en canciones, películas, chistes y en toda una mitología popular que revela hasta qué punto esa parte de la anatomía masculina está socialmente valorada.

La divina proporción

No es extraño que se sigan reeditando las creencias en relación al "tamaño". Basta, por ejemplo, ver a un recién nacido y a los adultos que lo rodean refiriéndose, orgullosos, a las dimensiones de sus genitales. Más adelante, ese niño descubrirá la gran diferencia entre su pequeño pene y el de su padre. Con frecuencia recibirá reprobaciones por intentar espiar a otros, o tocarse… Este combo facilita que se genere en el niño una fantasía de inadecuación, de que "algo tal vez anda mal con lo mío". O que puede recibir castigos que comprometan esa zona tan preciada de su cuerpo (el "complejo de castración" al que se refería Freud). Y si bien estos primeros temores suelen -como es evidente- sanar con el tiempo, de alguna manera dejan sus huellas. Luego, en la adolescencia, el contacto con la pornografía no hace otra cosa que alimentar el mito: sus actores soberbiamente dotados aguantan horas de actividad sexual intensa y parecen expertos en satisfacción femenina.

Así, muchos elementos -reales y fantaseados, casi siempre erróneos- sostenidos por la cultura desde sus diferentes voces, colaboran a que en muchos hombres se geste la idea de que su virilidad es más pequeña y menos efectiva que la del resto (el llamado "síndrome de vestuario"). La realidad es que, como aseguran los médicos, lo más común al realizar un examen en quienes acuden preocupados a la consulta, es observar que las medidas en cuestión se encuentran dentro de los parámetros normales.

Lo que ellas quieren

Si bien las mujeres no están ajenas a este mito cultural, es improbable que lo consideren prioritario a la hora de elegir a un compañero. A este respecto, el sexólogo argentino Juan Carlos Kusnetzoff afirma: "Para las mujeres los más importantes atributos físicos son los músculos, el olor de la piel, la proporción de los hombros, etcétera, y más importante aún, la capacidad de ser agradables, atentos, decididos, cálidos y otras cualidades de conducta". Y añade: "Es preciso decir -y con todas las letras- que el placer de un hombre y una mujer no tienen absolutamente nada que ver con el tamaño del pene".

De hecho, está comprobado que el primer tercio exterior del conducto vaginal es su área de mayor sensibilidad, por situarse allí una gran cantidad de terminaciones nerviosas. Además, fisiológicamente, este canal posee mucha elasticidad y capacidad de adaptación, distendiéndose hasta donde le es exigido.

Es más: se han referido algunas "contras" en relación a los órganos "superdotados": puede resultar doloroso para la mujer su contacto con el cuello uterino y suelen ser más propensos a presentar problemas eréctiles.



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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.