Afrodisíacos II

24 Ago 2013
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Gentileza de https://comoencamarseconsumarido.wordpress.com/

Una sustancia afrodisíaca es aquella destinada a incrementar el deseo, el placer y la performance sexual. Lamentablemente, lo frecuente es que el efecto buscado con estas sustancias no se produzca, e incluso que se desaten otras cuestiones, perjudiciales tanto para la sexualidad como para la salud en general.

En este sentido, la mayor parte de los considerados estimulantes sexuales no han pasado las pruebas de demostración científica, y más bien se sostienen en la mitología y el folklore popular, las creencias erróneas y los "efectos placebo". Pero aún así, hombres y mujeres de todas las culturas siguen creyendo en el poder erotizante de alimentos, hierbas, mezclas y brebajes, y recurren a ellos con bastante frecuencia y convicción.

La "mosca española"

Uno de los afrodisíacos más renombrados es la cantártida o "mosca española", cuyos efectos ya eran conocidos por los antiguos romanos. Se trata de un escarabajo que se encuentra en el sur de Europa. Este reanimante se prepara disecando al insecto muerto para posteriormente macerarlo, hasta que se convierta en un polvo fino. Al ser ingerido produce una intensa irritación en la vejiga urinaria y en la uretra, lo que genera una estimulación refleja de los órganos genitales (aunque sin modificar el deseo sexual). Esta erección, duradera pero también dolorosa, termina siendo un inhibidor del apetito sexual y puede producir -además de diarrea- dificultades eréctiles permanentes, úlcera péptica y hasta efectos letales.

Otra leyenda entre los estimulantes sexuales es la yohimbina, una sustancia que se extrae de la corteza del yohimbé, un árbol africano. Al parecer su acción se dirige al centro medular de la erección, produciendo una acción refleja, como consecuencia de la estimulación del sistema nervioso. Al igual que la "mosca española", tiene efectos irritativos y vasodilatadores, y lo cierto es que no han terminado de comprobarse de manera fehaciente sus beneficios sobre la sexualidad.

Entre las plantas y hierbas locales -presentes también en otras regiones de Sudamérica- consideradas "afrodisíacas", se destaca especialmente la muña-muña. Con este arbusto de nombre quechua, hojas pequeñas y fuerte aroma, se prepara una infusión que según se dice actúa como una especie de "viagra natural". Tal vez por eso, desde hace muchos años, un pequeño vendedor en Tafí del Valle la ofrece gritando "muña-muña para el amor".

Un gran invento

Al igual que la penicilina y los analgésicos, el sildenafil -más conocido como "viagra", su nombre comercial- figura entre los grandes inventos de la ciencia médica. Como es sabido, este fármaco fue elaborado inicialmente para aumentar el riego sanguíneo al corazón. Sin embargo, rápidamente se hicieron manifiestas sus propiedades para el tratamiento de las disfunciones eréctiles, lo cual produjo un cambio radical en la vida sexual de millones de hombres y mujeres.

Por otra parte, a algunas bebidas alcohólicas se les ha adjudicado especiales poderes afrodisíacos. Entre ellas figura el sake (vino de arroz característico de Japón) y dos famosos licores: el Chartreuse verde y el Benedictine. Estos últimos fueron inventados por monjes y parece ser que su principal virtud es la de aumentar la lubricación en la mujer.

Curiosidades

Son curiosas algunas de las sustancias que han sido consideradas estimulantes de la sexualidad y la fertilidad a lo largo de la historia, en las distintas culturas. A modo de condimento en las comidas, como ingredientes de pociones, conjuros y sortilegios, o bajo la forma de amuletos, se utilizaron -entre otras extravagancias- pene de león en polvo, el testículo derecho de un burro, cuerno de rinoceronte molido, asta de venado, excrementos de halcón, testículos de toro crudos, harina de huesos de rana, sangre de ciervo y genitales de cocodrilo. También fueron estimados en este sentido algunos "productos" humanos, como el semen, la sangre menstrual, la placenta… y hasta los sesos de los difuntos.

Sin embargo, tal como expresara la sexóloga norteamericana Helen Kaplan: "no se ha descubierto ninguna sustancia química que pueda rivalizar con el efecto afrodisíaco que supone el estar enamorado".

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Psicóloga, sexóloga clínica y colaboradora de LA GACETA desde hace más de 10 años.